Promesas y amenazas

La promesa de los evangélicos de que “Cristo viene” la hemos visto, y tenido que oír desde un ruidoso altavoz, miles de veces; quizás desde que nacimos.

La promesa de los evangélicos de que “Cristo viene” la hemos visto, y tenido que oír desde un ruidoso altavoz, miles de veces; quizás desde que nacimos. En ese caso, la promesa es más bien una amenaza: Cristo viene y si no te arrepientes y no te adhieres a nuestra secta, arderás en el infierno. No importa lo duro que haya sido tu vida, lo mucho que hayas tenido que trabajar, lo mucho que hayas respetado las leyes, y los muchos abusos contra ti y los tuyos que hayas tenido que perdonar. Estás con ellos, los evangélicos, o te vas directo al sulfuro y la hoguera, para toda la eternidad.

También existen otras amenazas presentadas como promesas de mejor vida; son las de los políticos en campaña. Aunque nos parezca surrealista, o que nos están viendo como idiotas, un grupo de ministros y altos cargos del gobierno dominicano, y altísimos cargos del PLD, se están dedicando desde hace meses a prometernos un mejor gobierno, la decencia, la transparencia, en fin, una mejor vida que la porquería que ellos mismos nos están dando hoy y ahora. Sólo tienes que volver a votar por ellos y la vida, la de ellos, será aún mejor.

¿Es posible que Temístocles Montás, Francisco Javier García, Radhamés Segura o Vincho Castillo puedan decir que ellos son quienes harán los cambios que necesita este país? Pues aunque usted no lo crea, esos señores andan pregonando que ellos son los elegidos del Señor para traernos las buenas nuevas. Ellos, que llevan más de 16 años en los puestos más importantes de los gobiernos que ahora, según sus arengas y premoniciones catastrofistas, no sirve, ni servirá. Es el enemigo en casa.

Para no quedarme atrás en promesas redentoras y de salvación, propongo las siguientes reformas para llegar a la gloria eterna:

-Reforma de la Constitución de forma integral no sólo para permitir o no las reelecciones.

-Cambio de la Ley de Partidos para hacer obligatorias las primarias abiertas a todo inscrito; la incompatibilidad de estar en dos partidos; y un Padrón oficial que conozca todo el mundo. Porque parece que siempre la culpa es del padrón.

-Incompatibilidad absoluta para percibir remuneraciones por el desempeño de más de un cargo público electo o no, para acabar con el multipicoteo corruptor.

-Limitar la elección a la Presidencia de la República a un máximo de dos períodos de 5 años.

-Suspensión temporal inmediata, hasta juicio y sentencia definitiva, de los funcionarios bajo investigación por corrupción.

-Una reforma laboral integral acorde con nuestra realidad económica y con visión de futuro.

-Desaparición del Senado, por ineficiente, innecesario y fuente de distorsión legislativa, y de corrupción.

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