No hay dudas de que Francisco Domínguez Brito es un funcionario valioso, que hace su trabajo, pero que no se conforma con eso, sino que va más allá. Como los buenos peloteros, hace las jugadas de rutina, pero también las espectaculares. O al menos lo intenta. De hecho, puede decirse que es el tipo ideal para cumplir la parte más difícil del planteamiento electoral de Danilo Medina: hacer lo que nunca se ha hecho. También es cierto que el hombre tiene aspiraciones y eso, en su caso, tiene más de positivo que de negativo. Un funcionario que tiene en la mira la Presidencia quiere y necesita hacerlo bien. Sin embargo, en algo hay que estar claro: Es un hombre del sistema, alto dirigente de un partido tradicional, de hecho, del principal partido político en la actualidad. Si aspira, será contando con el PLD y no con alguna fuerza “alternativa”. Eso va a ser determinante en lo que haga, y en lo que no…
Domínguez no es Moreno
El reto de Domínguez Brito no es fácil. Tiene que mantener ese apoyo que, sin dudas, le ha generado en la población el hecho de asumir posturas firmes y valientes, pero tampoco se puede esperar que el hombre se equivoque y adopte posturas tan contestatarias que lo pongan a chocar con sectores políticos con los que tendría que contar para cumplir sus metas electorales. Desde las gradas le pedirán muchas cosas, pero en el terreno él sabrá hasta dónde llega. Para bien o para mal, Francisco Domínguez Brito no es Guillermo Moreno. Como dicen ahora: ¡Nunca tanto!
Pensionado presionado
El Contralor ha “renunciado” a lo que, como él mismo explicó, es un derecho adquirido. En un año pueden pasar muchas cosas. Veremos qué pasa con su “renuncia”, que, por cierto, no es irrevocable. ¿O sí?
