Ahora que aprieta el calor y las temperaturas suben, es cuando hay que prestar mayor atención a nuestro cuerpo para que no se deshidrate y a la vez lograr que las sofocantes temperaturas se más llevaderas.
Según la médico general Laura Medrano, lo más fundamental es, sin duda, la hidratación, por lo que hay beber agua aunque no se tenga sed, ya que en verano se suda mucho más, por lo que se puede llegar a perder hasta dos litros de agua a través del sudor.
“Para mantenernos hidratados debemos consumir agua fresca, pero no demasiado fría. Las infusiones, limonadas o zumos son también una agradable forma de aportar agua. Y en nuestra dieta podemos incorporar los helados, son frescos y muy nutritivos y, para quienes quieran cuidar su línea, los hay bajos en calorías”, comenta Medrano al periódico www.elcaribe.com.do
Hay que mantener el hogar siempre fresco. Cuando no se dispone de aire acondicionado y el calor se acumula en la casa es realmente difícil descansar y estar a gusto. Lo que podemos hacer es manterner las persianas abiertas durante el día, así evitaremos que el sol y el calor entren excesivamente.
Aunque por las noches, que es cuando baja la temperatura, debemos abrir las ventanas para que corra el aire y refresque nuestro hogar, renovando el aire caliente por uno más fresco. Un buen truco para encontrar más frescura es colocar en ciertos puntos de la casa fuentes de agua… nos sentiremos mucho más relajados.
Los expertos recomiendan no practicar ejercicio a pleno sol. La mejor hora para realizar deporte es a primera hora de la mañana o a última hora del día. Al realizar ejercicio nuestra temperatura corporal aumenta por lo que es mucho más recomendable hacerlo cuando el ambiente está más fresco.
Debemos saber elegir bien nuestra ropa. Debemos evitar las prendas muy ajustadas, optando por ropa suelta y fresca. Hay que olvidar los colores oscuros y apostar por colores claros que son los que atraen menos el calor. Los tejidos naturales como el lino, la seda o el algodón, deben sustituir a las telas sintéticas ya que éstas no dejan transpirar y pueden producir alergias.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay una serie de enfermedades relacionadas con el calor que se producen cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura (por encima de los 37 grados).
Las personas mayores de 65 años, los obesos, los niños menores de cinco años son los que más riesgo tienen de padecer un golpe de calor. Así como los enfermos cardiovasculares, que también requieren de mucha atención.
