Reflexiones sobre la seguridad nacional

Durante el gobierno de Trujillo y la guerra fría, el objetivo de las fuerzas armadas consistía en repeler posibles insurrecciones internas, lo que determinó la localización de cuarteles militares en cada ciudad cabecera, y repeler posibles invasiones&

Durante el gobierno de Trujillo y la guerra fría, el objetivo de las fuerzas armadas consistía en repeler posibles insurrecciones internas, lo que determinó la localización de cuarteles militares en cada ciudad cabecera, y repeler posibles invasiones externas.

El final de la guerra fría debió producir una reflexión sobre nuestra seguridad nacional, para adecuarla a los nuevos retos, en un contexto de instituciones democráticas.

Algunos de los nuevos retos se deben a las actividades del narcotráfico, el sicariato, el blanqueo de dinero, etc. Una situación agravada por el fracaso del Estado haitiano, que propicia el asentamiento de mafias y provoca inestabilidad social y política. Nuestra economía abierta y los fuertes flujos de turistas significan riesgos para el control del narcotráfico y lo que es más grave, para las actividades de terrorismo, pues debemos impedir que nuestro territorio sea utilizado como plataforma para dichas actividades.

El presente contexto aconseja en nuestra opinión, el establecimiento de una guardia nacional que sirva para vigilar y controlar nuestro territorio, similar al modelo francés. Esta policía militarizada debería contar con una rama marítima, o guardia costera, y una rama aérea, de aviones y helicópteros, para interceptar naves y labores de vigilancia y rescates. Así mismo, debería tener una rama de control fronterizo, para patrullar una valla fronteriza y vigilar los pasos fronterizos, los puertos y aeropuertos del país.

La policía militarizada debería contar con el apoyo de una policía investigativa- no militarizada, como en cualquier país civilizado- para combatir el crimen organizado y la delincuencia y una policía para la civilidad, para el control del tráfico, la protección de las escuelas, y para velar por el comportamiento cívico en general. Por último, debería contar con el apoyo de algunas unidades especializadas del ejercito e infantería de marina, para intervenir en situaciones que sobrepasen los medios de una policía militarizada, y de una unidad especializada para la protección de funcionarios y personas importantes.

Estos objetivos solo los podremos lograr con mecanismos de reclutamiento altamente selectivos basados en la moral, disciplina, educación y capacidad física. El país tiene una cantera de jóvenes que se entrenan cada semana para llegar a las grandes ligas. La disciplina, las condiciones físicas y el valor de honestidad, pues la mentira es castigada al momento de ser contratados, son una excelente base para una carrera futura.

Reglas de vida que deben ser explicadas y cumplidas, que deben incluir hasta el tipo de vehículo que corresponde a cada nivel de la oficialidad.
El entrenamiento permanente y de largo plazo con instructores extranjeros, contratados por el Gobierno dominicano.

Finalmente, corregir la desigualdad social en los cuerpos armados, a través de programas sociales y mejores condiciones de trabajo, para lograr una necesaria cohesión.

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