El registro de los haitianos

El año pasado,  Venezuela y Haití renovaron sus acuerdos de cooperación, y entre ellos la patria de Bolívar se comprometió a financiar una plataforma tecnológica para registrar a la población haitiana.

El año pasado,  Venezuela y Haití renovaron sus acuerdos de cooperación, y entre ellos la patria de Bolívar se comprometió a financiar una plataforma tecnológica para registrar a la población haitiana.En Haití el sub registro, por no decir la ausencia de un sistema nacional de identificación de la población, es un viejo problema que repercute en República Dominicana.

La cooperación venezolana, según anunciaron el entonces ministro de Asuntos Exteriores de Haití, Laurent Lamothe, y el vicecanciller de Venezuela, Temir Porras, implicaba un acompañamiento para registrar a los diez millones de haitianos. Era un esfuerzo orientado a “hacer respetar el derecho a la identidad” de los haitianos.

Como puede verse, el problema de la identidad de los haitianos, que se plantea como conflicto en República Dominicana, que supuestamente les niega tal derecho a los inmigrantes, tiene sus raíces allá.

Satisface que ahora se esté abordando la cuestión desde una perspectiva seria, sin una vocación acusadora. Haití trabaja para dotar de documentación a sus ciudadanos. Cientos de miles están aquí. El presidente Danilo Medina ha ofrecido su colaboración para que ese proceso se extienda a territorio dominicano y generosamente facilitará locales para que se ejecute de la mejor manera.

La Organización de los Estados Americanos (OEA) se ha comprometido a apoyar la iniciativa de los gobiernos dominicano y haitiano. Ese proyecto estaría señalando el camino adecuado para superar los niveles primarios con que son manejados los asuntos relativos a la presencia de haitianos en el país.

Ayer conocimos el dato de la Oficina Nacional de Estadísticas de que de los 634 mil 632 inmigrantes en el país, 458 mil 233 proceden de Haití. El dato es resultado de la Primera Encuesta Nacional de Inmigrantes, realizada con los auspicios del Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Unión Europea. La cifra es sólo un referente, porque sabemos las dificultades para encuestar a los haitianos, siempre huidizos a cualquier registro.

Pero el punto clave es que al fin la documentación de los haitianos, en Haití como aquí, empieza a ser tratada con seriedad.

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