Reglas de urbanidad: ¿qué tan importantes son?

Lynda Rodríguez desarrolla en el país un exclusivo programa de etiqueta y protocolo dirigido a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y padres que quieren que sus hijos aprendan buenos modales sin que  necesariamente tengan que estar ligados al mundo d

Lynda Rodríguez desarrolla en el país un exclusivo programa de etiqueta y protocolo dirigido a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y padres que quieren que sus hijos aprendan buenos modales sin que  necesariamente tengan que estar ligados al mundo del modelaje,  y es su aspiración  que en nuestro país se implementen las materias que enseñen, de manera práctica, lo más elemental sobre los temas de urbanidad.

“Nos quejamos de que nos hace falta educación, pero muchas veces olvidamos que la educación inicia en los pequeños detalles.

La educación de saber hacer una fila esperando su turno sin querer colarse, la puntualidad en todos los ámbitos incluyendo las actividades sociales, no hablar excesivamente alto en lugares públicos, hablar correctamente, pronunciando las eses y sin acortar tanto las palabras, no tocar bocina en las calles sin necesidad e, inclusive, el respeto en el trato con las autoridades y personas de rango superior, son cualidades que deben ser aprendidas  en todas las esferas sociales”, expresa Rodríguez.

En un país donde la diferencia de clases es claramente visible, la comunicadora no sólo se limita a hacer un llamado a favor de las personas de niveles más precarios, sino que se preocupa por el rumbo que está tomando la sociedad en todos los sectores.

“La pérdida de valores se acrecienta cada vez más debido a los aplausos fáciles al mal gusto. Conversaciones basadas en frivolidades, temas denigrantes o actitudes vacías por parte de jóvenes y personas que demuestran tener una ‘cabeza sin amueblar’, esto se atribuye a la influencia de una sociedad que quiere vivir de las apariencias y a la falta de corrección por parte de los padres que lleva a los hijos a tener problemas de conducta y personalidad”, comenta.

A pesar de venir de una familia de prósperos empresarios, esta joven educadora aboga por una sociedad más sencilla, menos dada a ostentar bienes materiales y más enfocada a desarrollarse armónicamente. Quizás, el tener la oportunidad de viajar a diversos países, estudiar y vivir en el extranjero en múltiples ocasiones, es lo que le ha despertado el interés de trabajar por un país mejor, basado en los valores que conlleva cimentar una formación integral de calidad.

Rodríguez explica que en países de Europa Occidental, por ejemplo,  Alemania o Finlandia, está prohibido y es socialmente inaceptable que los transeúntes tiren basura al suelo. La mentalidad de cuidado y protección al medio ambiente ha calado hondo en sus habitantes y es raro encontrar una ciudad que proyecte una imagen de suciedad, propia de otros lugares y continentes.

“Urge hacer un trasvase de buenas maneras desde otras culturas. Debemos empezar a ver con rechazo a todo aquel que quiera saltar las reglas o “privar en tíguere” como decimos, sin importar de quien se trate, y crear una conciencia real de las buenas costumbres, que son una manifestación de la cultura y de la elegancia, ambos elementos esenciales en una educación digna de una persona” agrega.
La experta dice que hay que   aprender a comportarse y no  no avergonsarce cuando alguien le diga que está “privando en fino”.

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