Estudiantes universitarios tomaron por segunda ocasión el casco urbano de Santiago y brindaron abrazos y sonrisas gratis, bajo el lema “en vez de golpes, una caricia”. En busca de contrarrestar los altos niveles de violencia intrafamiliar, cuarenta jóvenes se colocaron esta vez en las calles Del Sol y Restauración a esquina San Luis con pequeñas pancartas y camisetas blancas, que los identificaban como “los abrazadores” que en dos años han ofrecido su afecto a 53,800 personas.
Esta es la quinta jornada que realizan en todo el país y la segunda en Santiago, según informaron sus promotores, Wellington Díaz y Yarissa Rodríguez. Tras la primera versión en esta ciudad, en la que 60 estudiantes universitarios brindaron 26 mil abrazos, el grupo se trasladó a las ciudades de Santo Domingo, La Vega y Nagua. “El objetivo es regalar a los transeúntes un detalle afectivo”, revelaron sus promotores.
Promueven el afecto
“Estamos preocupados por los constantes casos de mujeres asesinadas y maltratadas, y también por la violencia que se genera muchas veces en los mismos medios de comunicación. Buscamos un espacio de paz”, expresaron Díaz y Rodríguez. Otra de las preocupaciones del grupo es el morbo con que se presentan los hechos de sangre en algunos programas. El movimiento Abrazos Gratis es una iniciativa que surge del testimonio de John Mann, quien repartía abrazos gratis todos los jueves en una calle de la ciudad más poblada de Australia, y creó un movimiento mundial en torno al concepto de que “a veces, todo lo que necesitas es un abrazo”.
Pamela García valora como un gesto positivo la iniciativa, debido a que fomenta la paz. Los estudiantes provienen de centros educativos como Utesa, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Centro Universitario Regional de Santiago.
La iglesia pide aplicar un plan de seguridad
El arzobispado de Santiago, a través del semanario católico Camino, también advierte que la violencia intrafamiliar y la inseguridad ciudadana están robando la paz a los dominicanos y pide agilizar la aplicación del Plan Convivencia planteado por las autoridades. Advierte que no pasa un solo día sin que la sociedad se estremezca por hechos sangrientos.
