El lunes, el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), doctor Roberto Rosario Márquez, sorprendió a la opinión pública con sus declaraciones de que estaba preocupado con una información que había surgido sobre el nivel de seguridad de la transmisión de los resultados electorales el 20 de mayo.
Por lo visto, se trataba de una cuestión muy sensible, que requería una reafirmación para despejar toda clase de duda sobre la calidad y la seguridad del sistema. Ayer, un encuentro entre el doctor Rosario Márquez y Oscar Peña, el presidente de Claro, despejó el panorama. La empresa telefónica ratifica que el transporte de la data está garantizado, con plena seguridad. El presidente de la Junta no ocultó su satisfacción. Se asume que se supera un ruido innecesario.
Pero hay otro elemento en el aire, que amerita algunas palabras. El presidente de la Junta ahora tiene otra inquietud, respecto al envío de los resultados electorales a los actores del proceso, incluidos los medios de comunicación. Teme del uso que los medios puedan dar a dichos resultados. El presidente de la JCE no debía albergar temor o duda. La historia de los medios es que son muy respetuosos de las informaciones. Y con mayor razón, cuando se trata de resultados electorales. Nada más hay que recordar que durante las últimas votaciones los medios se limitaron a transferirlas a la población. No hay manera de manipularlas. Si en algún momento se produjeron quejas, provinieron del entorno partidario.
Pero además, servir las informaciones con idoneidad es lo que motoriza a los medios responsables y los mismos no cometerían errores elementales. En todo caso, el presidente de la JCE simplemente alberga un temor. Habla desde una perspectiva hipotética y hasta que los medios no sean sometidos a la prueba de manejar los resultados al instante, provenientes directamente de los centros de votación, no se puede juzgar a priori.
El presidente de la JCE tiene que confiar en los medios. Que cumpla lo prometido. Que los resultados electorales sean enviados a los medios, al instante, sin temor.
