La salud es precaria en los bateyes de Barahona

El caso de Luis Aliance pone de manifiesto la carencia en los servicios de salud dispuesto por las autoridades en los bateyes de la zona cañera del desaparecido ingenio Barahona.

El caso de Luis Aliance pone de manifiesto la carencia en los servicios de salud dispuesto por las autoridades en los bateyes de la zona cañera del desaparecido ingenio Barahona. Luis, padre de tres hijos, se cortó su mano derecha con un machete durante una jornada de trabajo en una plantación de plátanos. Su odisea inició en el Centro de Atención Primaria de Batey Ocho, localidad donde reside junto a su familia.

En el local de servicios de salud no pudieron asistirlo por falta de hilo para suturar la herida que casi destroza su mano. Montado en un camión propiedad del alcalde de la zona, David Pérez Yulis, el herido fue trasladado al hospital Julia Santana en el municipio de Tamayo.  En este centro le brindaron las primeras atenciones y posteriormente le refirieron al hospital regional Jaime Mota de Barahona, donde le suturaron con 15 puntadas.

Para toda la zona cañera de las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia fue edificado en Batey Cinco, una planta física para un hospital, que en la actualidad se encuentra abandonado y en deterioro.

Durante los últimos ocho años, este gigante de la salud no ha sido prioridad para las autoridades.

El párroco de Batey Cinco, Luis Casonga, critica la falta de voluntad política para garantizar el servicio de salud en los bateyes.

“No tengo nada contra el presidente Leonel Fernández, ha hecho hospitales donde no se necesitan y aquí no ha venido”,  expresa Casonga,  quien agrega que este caso es una muestra de que el Estado no trabaja para los más pobres.

El religioso manifiesta que la gente se ha cansado de enviar cartas y no han tenido respuestas y que ya no hay organización para demandar la obra.

Sin embargo, el director regional de Salud Pública, doctor Víctor Terrero, indica que este hospital fue construido en el gobierno de Hipólito Mejía con fines politiqueros.

Terrero explica que el  hospital está a cinco minutos del municipio de Galván, donde hay un centro de salud grande,  y a otros de cinco minutos de uno de tercer nivel en Neiba.

“Si se pone en funcionamiento el hospital de Batey Cinco, junto a los otros dos, no habrá pacientes para dar atención”, expresa Terrero, quien informa que hay un plan con Visión Mundial y el Consorcio Azucarero Central para aprovechar la planta física.

Agrega que el hospital de Batey Cinco se dividirá en dos, donde habrá una Unidad de Atención Primaria y en la otra parte, Visión Mundial y el Consorcio Azucarero ofrecerán cursos de capacitación en costura, informática, cocina y otras áreas.

Las Unidades de Atención Primarias están diseñadas para asistir a unas 500 familias, que divididas en integrantes de cinco o cuatro miembros rondan las 3,000 personas.  En esta parte, por ser una zona de población migrante, las Unidades de Atención Primaria se fundamentan en la prevención de enfermedades como sífilis, VIH-Sida, prevención de cáncer de próstata, cólera, malaria y además desarrollan  jornadas de vacunación.

Asistencia médica

Terrero reconoce que es difícil llegar a todas las localidades, pero indica que los programas de asistencia médica llegan al 97% del territorio del sur. En Batey Ocho, existe una pequeña clínica coordinada por integrantes de una misión cristiana norteamericana.

Donna Beardon, jefa de la misión, indica que en estos pueblos, la gente padece de hipertensión, diabetes, neumonía, gripe y una alta tasa de embarazos.
“Aquí, los niños tienen problemas de desnutrición por los bajos niveles de proteína y tienen parásitos porque se bañan y juegan en aguas de los canales de riego”.

No tengo nada contra el presidente Leonel Fernández, ha hecho hospitales donde no se necesitan y aquí no ha venido”.
Luis Casonga
Cura párroco de Batey Cinco

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