Lo que se cocina hacia dentro del PRSC se está por poner bueno, con ingredientes de condimentos que agregan picante al sazón, provocando que muchos rehúyan su ingesta y asimilación. Por ejemplo: Modesto Guzmán ha revolteado las avispas poniéndola en China con su propuesta de que los dirigentes sean escogidos en primarias, sugerencia que gusta abajo pero en otros niveles superiores es como la cruz para el diablo o la soga para el ahorcado. El exgordo tiró la pelota, que ahora está en otra(s) cancha(s)…
A propósito
Igualmente, toma cuerpo la postura de Humberto Salazar, que es de los dirigentes del PRSC que tienen presencia mediática permanente, goza de “buena onda” en la crónica política, no rehúye a la confrontación y mantiene sus opiniones actualizadas, dando el frente siempre con sentido oportuno. Desde dentro del partido del gallo colorao él fue quien llevó la voz cantante sobre la necesidad de mantener la alianza con el PLD y en círculos morados se habla muy bien de sus relaciones con el presidente Leonel Fernández, manteniendo su profesión de fe reformista, la que evidencia –entre otras formas- con la exhibición de grandes retratos en óleo y acuarela del fallecido presidente Joaquín Balaguer en sus oficinas de funcionario público, a riesgo medido de que las ortodoxias lo pongan en la mira para “fumigarlo”. Salazar es quien da la cara por los que se resisten a la reinserción en la dirigencia del PRSC, con rangos de oficiales superiores, de los que desafiaron la decisión partidaria de llevar a Danilo Medina como candidato presidencial en la más reciente consulta electoral, y respaldaron la otra opción, por lo que fueron echados de la organización, afuereo declarado nulo por el Tribunal Superior Electoral. El plantea en público lo que otros piensan y aprueban pero no se atreven a expresar, “por si las moscas”. Para los disidentes Salazar es un clavito en el zapato, aunque muchos “leales” lo dejen solo en su cruzada…
