Sello exclusivo

“ El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece… Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4,7)Este pasaje ha sido fuente de inspiración…

“ El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece… Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4,7)

Este pasaje ha sido fuente de inspiración a grandes artistas, poetas y escritores de todos los tiempos. Hoy, con el uso de las redes sociales, se trata de expresar y enviar mensajes alusivos que lleven esta palabra de apenas tres letras y que, así como es de corta, parece como si las circunstancias en las cuales vive la sociedad actual se han encargado, sin proponérselo, de llevarlo a la extinción. Ya que, si hay algo de lo que entiendo cada día más le falta al ser humano es lo que describe La Biblia en este versículo, el cual me sirve de fuente para hablarles, y es precisamente el amor. Sin embargo, existe una persona que sé que ustedes al igual que yo van a estar de acuerdo, en la cual se aplica cada uno de estos calificativos, y hacia quién es dedicado este mes de mayo: la mamá.

Tuve una joven ayudando en casa, quien había salido por primera vez de su pueblo a trabajar a la capital, que con frecuencia notaba en sus ojos que había llorado; claro está, no podía ser indiferente, aunque ella trataba de disimularlo y hasta negarlo. Por lo general lo hacía a la hora del almuerzo, al punto de sollozar. Le pregunto: “Dime, ¿qué te pasa, que llevas dos semanas, has adelgazado y veo que apenas puedes comer?”. A lo que respondió: Cómo lo puedo hacer, si sé, casi seguro, que mis hijos no han comido todavía. ¿Cómo no llorar cuando tengo un plato con comida en mis manos, y ellos allá pasando hambre?

Como entenderán ustedes, me senté con ella y la convencí de regresar y buscar algo que le permitiera generar algún ingreso y quedarse con sus hijos.
Así como ella, en todas las clases sociales, reaccionamos las madres, poniendo siempre por encima a nuestros hijos. Nunca son feos, siempre los vemos buenos, preferimos nos hieran a nosotros antes que a ellos y somos capaces de darnos nosotras mismas por ellos en cualquier circunstancia. Aprovechemos este tiempo para revisar cómo está nuestra relación con ellas, donde encuentras el más grande y genuino amor en un ser humano, las madres.

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