Sepultan restos de Arnaiz; resaltan sus aportes al país

En una emotiva ceremonia fueron sepultados después del mediodía de ayer los restos de monseñor Francisco José Arnaiz, en el cementerio de los Jesuitas, ubicado en el Centro Manresa-Loyola, en el kilómetro 12 de la carretera Sánchez.

En una emotiva ceremonia fueron sepultados después del mediodía de ayer los restos de monseñor Francisco José Arnaiz, en el cementerio de los Jesuitas, ubicado en el Centro Manresa-Loyola, en el kilómetro 12 de la carretera Sánchez.

Previo a la sepultura del prelado, fue oficiada una misa de cuerpo presente que presidieron monseñor Amancio Escapa y el arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, quienes destacaron las cualidades personales y religiosas del fallecido y su legado y aportes a la iglesia católica y al país, lo que fue corroborado por monseñor Agripino Núñez Collado.

Al acto religioso asistió el nuncio apostólico de Su Santidad, Jude Thaddeus Okolo, quien leyó un mensaje enviado por el Papa. Además, participaron obispos, sacerdotes, funcionarios, políticos, líderes sindicales, miembros de la familia jesuita y dos sobrinos de Arnaiz, María José e Iñigo Arnaiz, quienes viajaron desde España, país de origen del fallecido obispo auxiliar de Santo Domingo, para  despedirlo. Expresaron su satisfacción de que los restos de su pariente descansen en República Dominicana. “Él quería mucho a este país, a su gente y creo que se habría quedado contento de saber que nosotros, la familia de España, pudiéramos saber por qué él se quedó aquí, y es por ustedes”, dijo María José.

 De la Rosa y Carpio resaltó que “Pepe”, como llamaban a Arnaiz sus más cercanos colaboradores, era un intelectual, sabio, con una gran capacidad para amar y hablar con la verdad.

Amante del vino y los habanos
El obispo de Santiago también destacó de Arnaiz sus dotes de conversador, su sentido del humor, su alto sentido de la justicia y la forma en la que condujo su vida. Dijo que era amante del vino, los habanos y la buena mesa, pero con comedimiento. “Él lo hacía con moderación. No caía en los excesos”, indicó.

Asimismo, rememoró los últimos momentos de vida de su compañero, explicando que antes de fallecer pidió comer un “asopao de camarones”, que luego salió a dar un paseo en la silla de ruedas en la que se encontraba, requiriendo minutos después a su enfermera que lo llevara a acostar, que lo acomodara bien y que lo dejara tranquilo. “Arnaiz se durmió y se murió. Así de sencillo (…) Los que aman la vida se mueren así”, dijo De la Rosa.

Informó que el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez no pudo estar presente porque está en Europa, cumpliendo con compromisos de la iglesia.

Entre las personalidades que asistieron al sepelio estuvieron la primera dama, Cándida Montilla de Medina, y el ex vicepresidente Rafael Alburquerque, quienes lamentaron la muerte del obispo.

Alburquerque calificó la muerte de Arnaiz como una gran pérdida para el país.

Dijo que con su doctrina él contribuyó con el desarrollo de la nación, destacando su participación en el proceso de concertación para el Código del Trabajo en el 1992.

Francisco afirma Arnaiz dio testimonio de caridad

A través de un mensaje leído por el nuncio apostólico de Su Santidad, Jude Thaddeus Okolo durante la misa, el Papa Francisco expresó sus condolencias a los dominicanos por la muerte de Arnáiz y aseguró que reza por el eterno descanso del difunto “que con celo y entrega pastoral dio un testimonio insignia de caridad y servicio al pueblo de Dios”.

 “Con estos sentimientos, el Santo Padre le otorga con afecto la confortadora bendición apostólica como signo de fe y esperanza”, expresó Thaddeus Okolo, al dar a conocer el pesar del pontífice, comunicado vía el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, quien firma la misiva.

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