Ser o no ser

Si unos principios y valores resultan tan evidentemente altruistas, es decir, que “procuran el bien ajeno, aún a costa del propio,” ¿no debería una persona íntegra estar dispuesta a defenderlos desinteresadamente?Ciertamente, nos…

Si unos principios y valores resultan tan evidentemente altruistas, es decir, que “procuran el bien ajeno, aún a costa del propio,” ¿no debería una persona íntegra estar dispuesta a defenderlos desinteresadamente?

Ciertamente, nos produce admiración cuando las personas defienden sus principios hasta el sacrificio. En la cultura occidental, por lo menos eso nos enseñó Sócrates… Cumplió la decisión de los jueces, bebiendo el veneno, para ser fiel a lo que había predicado…

La llegada de Cristo coincidió con un período tumultuoso y agitado en la historia de Israel. De hecho, los romanos destruyeron Jerusalén y el templo, pocas décadas después de ocurrida la crucifixión. Si Cristo hubiera predicado el amor por los demás, pagado por una Roma interesada en preservar la paz, ¿ hubieran tenido sus prédicas el significado universal que han tenido hasta hoy?
La ética moderna está basada en la libertad. Somos seres morales en la medida en que somos capaces de decidir actuar de una determinada manera. En otras palabras, somos responsables de nuestros actos, pues somos libres de decidir como actuar. Por lo que nos preguntamos, ¿perdemos un grado de libertad necesario para actuar moralmente, cuando recibimos algún pago para defender determinadas ideas?

Kant convirtió el ideal cristiano de amar al otro, como a uno mismo en una formula racional: Trata a cada quien como un fin, y no como un medio. En otras palabras, no manipules y te aproveches de los demás usándolos como un medio. Respeta la dignidad del otro, pues es un fin en sí mismo. De ahí la importancia, la verdad en la moral, pues el que usa al otro, generalmente simula y miente.

Siempre recordamos que un extraordinario profesor universitario nos manifestaba que los argumentos debían ser valorados por ellos mismos, separadamente de la persona que argumentaba. No obstante, ¿no resulta casi imposible en la práctica valorar el argumento de una persona a quien no respetamos? Pues, dudamos si el mensaje podría resultar interesado. En otras palabras requerimos de claridad en el argumento, y claridad en el argumentador.

Esta es una de las dificultades más grandes que existen en los debates sobre muchos asuntos en nuestro país. Esto así, pues en la actualidad numerosas ONG y “expertos” defienden determinados “valores,” y políticas públicas, sin revelar que para ello reciben fondos pagados por gobiernos, o instituciones internacionales, a su vez financiadas por gobiernos.

Cabe preguntarse si estas ONG y “expertos”, realmente defienden principios, o por el contrario, defienden sutilmente los intereses de quienes le pagan. ¿No hay un elemento de mentira y falsedad en todo esto? ¿Una intención de usar a los demás? Pues regresamos a nuestra pregunta original: Si unos principios y valores resultan tan evidentemente altruistas, ¿no debería una persona integra estar dispuesta a defenderlos desinteresadamente?

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