“Todos los dÍas rezo una oración por mi padre”

Diferente a unos u otros compañeros de carrera que han hecho de su profesión un negocio para el enriquecimiento, el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián (Antonito), desde sus inicios se ha dedicado en cuerpo y alma a ayudar a los más necesitados, espec

Diferente a unos u otros compañeros de carrera que han hecho de su profesión un negocio para el enriquecimiento, el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián (Antonito), desde sus inicios se ha dedicado en cuerpo y alma a ayudar a los más necesitados, especialmente a los de su querido sector de Cristo Rey, a través de su clínica y su fundación. Por eso ha sido bautizado como “El médico de los pobres”.

Este reconocido profesional quería ser sacerdote, por lo que ingresó al seminario Santo Tomás de Aquino; sin embargo, su verdadero sacerdocio habría de ser la medicina, por lo que se matriculó en la  Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde alcanzó el doctorado. Construyó con sus propias manos un pequeño consultorio en la casa de sus padres, con una camilla de madera vieja y un escritorio, los cuales aún guarda como reliquias.

A ese pequeño espacio asistía tanta gente que todo el que pasaba pensaba que se trataba de un brujo, por la pobreza y las condiciones del lugar. El doctor Cruz Jiminián quiso convertir su clínica en un hospital para los pobres, y así ha ocurrido.

Hoy, las personas de escasos recursos tienen el apoyo que necesitan para mitigar sus problemas de salud, así como otras situaciones de precariedad. Antonito ha recibido innumerables reconocimientos, pero el mayor de todos es el amor de aquellos a quienes ha ayudado.

Una travesura

Cosas de muchachos

Hice muchas travesuras, pero la que más recuerdo fue que una vez vivía con mi tía Lucila Jiminián y mi primo José Aníbal Sanz Jiminián, que es mayor que yo, un día  me pidió que llenáramos una jeringuilla de orines y que fuéramos a un colmado.

Me dijo que pidiera un caramelo y cuando él se agachó, yo le tiré los orines al colmadero, y nos mandamos a correr. él nos persiguió y cuando nos alcanzó nos dio muchas galletas. No se me olvida.

1.- Mi niñez
Tiempos felices

Durante nuestra niñez vivíamos en un campo de Jarabacoa con grandes precariedades  y pobreza. Luego nos trasladamos a la ciudad de La Vega  y nuestro padre nos inscribió en la escuela.

A pesar de tantas necesidades, tuve una niñez muy bonita, llena de amor y armonía, que me brindaron mis padres.

2.- Reuniones familiares
Días memorables
Mi familia siempre ha sido muy unida, siempre nos reuníamos en casa de nuestros padres y pasábamos momentos maravillosos. Ellos  nos acostumbraron a que teníamos que asistir a misa todos juntos los domingos, fue una época muy bonita y de mucho aparendizaje, que hoy nos sirve de mucho.

3.- Un castigo
No fue necesario

A pesar de ser muy hiperactivo, era un niño muy obediente. Me gustaba mucho ir a la iglesia  y mi padre nunca tuvo que castigarme. Aunque nacimos con tantas limitaciones, fuimos criados con apego a las buenas costumbres. El mayor castigo era que  muchas veces no teníamos qué comer.

4.- Mis estudios
Tiempos difíciles

Pasé mucho trabajo en la  Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Me decidí  por la carrera de medicina. Fueron tiempos  sumamente difíciles.  Tenía que irme a pies desde Cristo Rey. Además, nunca pude comprar un libro, porque no contaba con recursos.

5.- Mis padres
Un ejemplo a seguir

Lo poco que puedo tener en la actualidad  sobre los valores y el respeto  lo pude obtener de mis padres. Si  yo he hecho algo mal lo he hecho sin que ellos se enteren,  porque siempre he tenido miedo de fallarles y  que se avergonzaran de mí. Ellos son mi ejemplo a seguir.

6.- Un gran susto
No pasó a mayores

Hace poco salí a dar un paseo por la playa  junto  a mi  hijo Luis Antonio, en un pequeño bote que tengo, me llevé del gusto y me adentré mucho. él iba en un tubo arrastrado por el bote y cuando me di cuenta, vino una marejada y no podía ver a mi hijo. Me di un gran susto.

7.- Pérdida de un ser querido
Una oración por su descanso

La muerte de mi padre hace dos años  fue  un acontecimiento que me ha marcado grandemente. No tengo palabras para expresar el dolor que me ha causado. Siempre lo tengo presente en mi mente y recuerdo sus consejos y lecciones de vida. Todos los días le rezo una oración.

8.- Me enamoré 
El primer amor

Tenía mala suerte en el amor, hasta que llegó el verdadero,  mi esposa Alida Camacho de Cruz. Con ella he procreado dos de mis cuatro  hijos, tuve dos de mi primera relación. Alida es mi complemento,  mi compañera, mi amiga y mi equilibrio. Ella sabe todo lo relacionado conmigo.

9.- Ser padre
Gran responsabilidad

Tengo dos hijas mayores, Charina y Lilian. Ellas nunca han vivido conmigo. Ya están casadas, pero siempre que me necesitan estoy  para ellas. Con mi esposa tengo a Luis Antonio y Carolina. El ser padre yo diría que es una inversión de amor que tú vas a depositar en los hijos.

10.- Mi fundación
Ayuda a los demás

Es la única institución en el país que se dedica a tratar niños con deformidades congénitas, de manera gratuita. Tenemos programas de vacunación a nivel  nacional,  damos alimentación a pacientes con tuberculosis y rehabilitamos a jóvenes con problemas de drogas, entre otros.

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