Tony Raful ha ganado el Premio Nacional de Literatura, un justo reconocimiento a su labor. Nacido en el 51, se formó cultural y políticamente cuando la democracia empezaba a establecerse. Todos los eventos posteriores al derrocamiento de Juan Bosch influyeron decisivamente en su personalidad y su obra.
Es pues de la generación de poetas de la Revolución y de la post revolución, que también pasó por la incubadora del Movimiento Cultural Universitario (MCU). Su poesía es un canto a la vida y al amor, desde una perspectiva del compromiso, de la libertad.
Con ese entusiasmo igual se dedicó a estudiar la historia de los finales de la tiranía, particularmente, de aquel proceso revolucionario inspirado en el retorno a la constitucionalidad perdida con el golpe de Estado de 1963.
Al poeta de sangre y corazón le era necesario asumir una responsabilidad política y de defensa de la causa democrática. Orador impecable que marcó su tiempo en la organización con la que ha compartido su carrera literaria, política y de servicio público.
Aplaudimos este premio merecido. l
Licey, campeón
una buena parte de los dominicanos, que es liceísta, vibró ayer de emoción y gozo con el triunfo de los gloriosos Tigres del Licey.
Durante una serie en la que los azules se mostraban como un equipo por momentos incierto, sin un perfil de triunfador, acercándose a las finales se llenó de bríos, como los buenos peleadores, y así entró en el “todo contra todos”.
De repente, comenzó a dominar, imponiéndose en los tres primeros partidos, tres derrotas, y sucesivamente dos juegos ganados que lo condujeron a la victoria.
Un equipo vibrante, que jugó con entrega y entusiasmo, bajo una buena dirección, propia de los ganadores.
El deporte, en este caso, el rey, que es el béisbol, es pasión, y nada más pasionario que el dominicano. La noche del martes fue toda fiesta.
Felicitamos a los Tigres del Licey, y reconocemos a los Leones del Escogido, que jugaron con gallardía, respetando las reglas del juego. l
