¿Vale la pena votar?

Algunos amigos no están motivados a votar el 20 de mayo, alegando estar decepcionados de la política y de sus actores. “La política…

Algunos amigos no están motivados a votar el 20 de mayo, alegando estar decepcionados de la política y de sus actores. “La política es sucia”, me cantan a coro. Les respondo que es un error pensar de ese modo, que es hermoso participar en política y que en ella conocemos mucha gente honesta, capacitada y con vocación de servicio. Por ejemplo, les digo entusiasmado, yo estoy con Danilo, y lo hago convencido de que hará un gran gobierno, con ética y eficiencia, reconociendo que en los demás partidos políticos también hay muchas personas de buena voluntad.

Les recuerdo que los sabios (no los sabichosos) enseñan que la actividad política es noble, que es una excelente vía para trabajar en favor del bien común, por ello abogan que los hombres y mujeres formados, con criterios y sensatos dirijan el destino de los pueblos. En ocasiones, cuando expreso lo anterior, alguien me alega que eso es en teoría, porque en la práctica la política está repleta de seres inescrupulosos y que por eso no vale la pena votar.

Es posible que usted tenga igual sentimiento, especialmente si observa las conductas de algunos políticos que solo piensan en ellos, que se hacen ricos de la noche a la mañana, que no aportan nada a su comunidad, que se consideran dioses, que caminan como pavos reales, que hablan con prepotencia. Hasta en sus rostros se nota que son corruptos, porque una vez leí que cada persona es responsable de su cara y que en ella se refleja la condición humana, con sus defectos y virtudes.

Pero la mayoría de los políticos y funcionarios públicos no es así. Uno asiste a muchas instituciones del gobierno y respira un aire sano, de organización y transparencia. Basta mencionar la Dirección General de Impuestos Internos, la Dirección de Pasaportes, Senasa, la oficina para la expedición de licencias de conducir, Proconsumidor, Procuraduría General de la República, entre muchas más, incluyendo varios ministerios. El problema es que los pocos corruptos sobresalen y frente a la población empañan la labor de los demás.

La política es un sacrificio para la mayoría de los involucrados. No es sencillo alejarse de nuestros seres queridos, limitar nuestra libertad, cumplir con nuestro deber como Dios manda, sufrir el dolor ajeno y luchar para que desaparezca; y a esto se suman los desengaños propios de la actividad, donde hay quienes buscan destruir nuestro trabajo y nuestra reputación con tal de ellos avanzar.

Amigos, votemos este 20 de mayo, seamos ciudadanos activos, que nuestro voto, además de ser un deber patriótico, es una forma de elegir a quienes consideremos pueden construir una mejor patria, y júrenlo, hay muchos políticos honestos y capacitados dispuestos a lograrlo.

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