Se veía venir

La extinción, por renuncia de sus miembros, disolución o lo que fuera, de la denominada Comisión Mediadora que buscaba solucionar…

La extinción, por renuncia de sus miembros, disolución o lo que fuera, de la denominada Comisión Mediadora que buscaba solucionar el conflicto interno actual en el PRD, era algo así como la crónica de una muerte anunciada. Por más encomiables que fueran los esfuerzos desplegados por esos comisionados, el final de su gestión -que puede llamarse abrupto- era algo que se veía venir. No vaya nadie a creer que las diferencias que separan internamente en dos grandes grupos a los perredeístas son algo fácilmente superables, conocidos los egos y el repentismo que caracteriza a mucha gente allí. Además, la composición de la misma y denominada “Comisión Mediadora” mostraba mayoritariamente un sesgo inclinado hacia una de las partes. De ahí el origen de la generalidad de sus propuestas, por algunas de las cuales llegó a decirse más allá de los pasillos de la Casa Nacional perredeísta que “se le está viendo el refajo a la comisión”. Ya veremos lo que viene ahora…

Explotaron

Los reformistas estuvieron soportando con estoicismo las indirectas y las puyas del desempeño y cuantía de su presencia en el servicio exterior, pero parece que ya no aguantaron más y explotaron. Los que conocen a Carlos Morales Troncoso saben que es hombre comedido, conservador y nada conflictivo, características en las que se veía el origen del silencio reformista ante las insinuaciones de que tienen copado el servicio exterior, que hay botellas por pipá en la Cancillería, etc., etc., etc.. Carlos explotó ayer cuando, tras la reunión con Temístocles Montás y Simón Lizardo, entre otros, declaró que el 92 por ciento de quienes trabajan en los consulados no pertenece al PRSC y remarcó revelando que de 45 cónsules sólo 4 son reformistas y que de 350 vicecónsules apenas 24 son del partido que preside. Me dicen que ya era mucha la presión y que por más parsimonioso que sea Morales Troncoso, “su cortesía, prudencia y paciencia llegó a los límites”. ¿Y entonces…?

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas