Altamente preocupante es la situación de las mujeres que trabajan limpiando cristales, según la directora de la Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván.La activista considera que las mujeres que tienen que ganarse la vida en la calle son más proclives a ser víctimas de las redes de trata y tráfico de personas.
“Detrás de cada niña o de cada mujer que hay en la calle, hay un alto riesgo de violación, de abuso sexual, de explotación laboral, de trata y tráfico. Es una situación altamente preocupante”.
Opina que este tipo de trabajo se inscribe dentro los empleos precarios que reporta el mercado informal y que las mujeres que los realizan están más expuestas a sufrir violencia y a mayores situaciones de inseguridad y explotación que las que trabajan en cualquier otro sector.
Galván opina que la causa de que cada vez haya más mujeres en las calles se debe a su precaria educación y ocurre bajo la complicidad del Estado, que no encara la problemática elaborando políticas sociales que disminuyan los altos niveles de pobreza y de desempleo. “Es un mercado creciente y detrás de eso hay otro riesgo, y es que estas mujeres sean utilizadas para otros fines, como el mercado de drogas”, agregó.
Afirmó que en el caso de las niñas y adolescentes que también se dedican a este oficio, su situación es todavía más preocupante, ya que constituye una violación flagrante de la ley y a los derechos de la niñez expuestos en los acuerdos y convenios de la Organización Internacional de Trabajo.