De acuerdo con un nuevo estudio, la violencia doméstica también afecta a los niños, aunque estos aún estén en el útero de su madre.Nuevas investigaciones descubrieron que las mujeres embarazadas que enfrentan a esposos o novios abusivos corren el riesgo de transmitirles el estrés de la violencia doméstica a sus bebés. Estos niños pueden continuar sintiendo los estragos de la experiencia durante su vida adulta.
“El desarrollo sano comienza en el útero, y no sólo el nutricional”, dijo Alex Meyer, líder del estudio y biólogo evolucionista en la Universidad de Konstanz en Alemania, a la revista U.S. News & World Report. “Los factores de comportamiento y emocionales son importantes, y sus efectos son para toda la vida”.
Las madres ansiosas y estresadas son más propensas a tener hijos que desarrollen problemas de atención y comportamiento, así como otros problemas, añade Thomas O’Connor, director del Wynne Center for Family Researh, en el Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Nueva York.
Según los investigadores, una vez que el niño nace, y es expuesto a violencia doméstica, su cerebro comienzan a incrementar el procesamiento de posibles fuentes de amenaza.
En otra investigación, los científicos observaron en los niños un patrón de actividad cerebral similar al observado en soldados expuestos a combate de guerra.
“Una mayor reactividad ante una amenaza biológicamente relevante, como la ira, puede representar una respuesta adaptativa a corto plazo en estos niños, ayudándolos a mantenerse fuera de peligro. Sin embargo, este hecho también puede constituir un factor de riesgo neurobiológico subyacente, aumentando la vulnerabilidad de los pequeños frente a problemas de salud mental, como la ansiedad.
El maltrato es uno de los factores de riesgo más importantes asociados con la ansiedad y la depresión, sin embargo, hasta ahora se sabía relativamente poco sobre cómo aumentaba la vulnerabilidad de un niño.
