Vladimir, una línea segura

Sin dudas que hay un antes y un después de la elección de Pedro Martínez al Salón de la Fama de Cooperstown en lo que a República Dominicana se refiere.

Sin dudas que hay un antes y un después de la elección de Pedro Martínez al Salón de la Fama de Cooperstown en lo que a República Dominicana se refiere.
Un elemento importante es que no tendremos que esperar décadas para ver a un criollo como nuevo socio del exigente club del béisbol de las Grandes Ligas, donde, es perentorio aclarar, entran los grandes, no los buenos. Hay casos para discutir, como sucede en muchos ámbitos de la vida, pero los parámetros para la inmortalidad en las Mayores son bien exigentes.

En los próximos años debemos ver a otros dominicanos recibir ese máximo honor. No tengo dudas de que Vladimir Guerrero pertenece a ese grupo. El nativo de Don Gregorio, Nizao, Baní, aparecerá en la boleta por primera ocasión en 2017 junto a Iván Rodríguez y Manny Ramírez, además de los que se hereden de procesos anteriores.

Vladimir bateó .318 de por vida y lo hizo sin dar sencillos en el cuadro ni plegarias. La inmensa mayoría de sus 2,590 hits fueron planazos, incluidos 449 para la calle. Empujó 1,496 vueltas y, entre otras credenciales, el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 2004 con Anaheim, bateó .300 o más durante 12 campañas en línea (desde 1997 hasta 2008). Por ejemplo, Albert Pujols, quien como diría el incomparable Radhamés González es Salón de la Fama “hace rato”, lo hizo en 10. Wade Boggs, de los nacidos para batear, también tuvo una cadena de 10. Manny Ramírez, un garrote que azotó el pitcheo como Atila dominó en sus tiempos, no tiene este logro en su prontuario.

Tony Gwynn y Rod Carew, dos inventores del bateo, son los que superan a Guerrero al menos desde 1967 para acá. Gwynn compiló 19 estaciones en fila india de .300 o más y Carew 15.

Guerrero fue dominante y en ambas ligas. Los seleccionaron a nueve Juegos de Estrellas y ganó ocho Bates de Plata, méritos compilados en los dos circuitos, ya que inició con Montreal.

No sé si Vladimir se va en la primera vuelta, pero sus logros le aseguran un nicho en el templo sagrado del béisbol.

Adrian Beltré está bien encaminado. Robinson Canó es otro que va por el sendero correcto.

Y, hasta el momento, limpios todos, un requisito vital.

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