Voluntarios olímpicos ganan medalla de oro por su actitud

LONDRES (AP) — Era una mañana complicada en el Parque Olímpico de Londres.

LONDRES (AP) — Era una mañana complicada en el Parque Olímpico de Londres.

Unas 200.000 personas llegaban para ver las competiciones de ciclismo, hockey sobre césped, hándbol, natación y atletismo. Y una de las líneas principales del tren subterráneo se averió en ese momento inoportuno. Miles de personas, sudorosas y estresadas llegaban el viernes a las puertas del parque donde se realiza buena parte de las pruebas de Londres 2012.

Pero el alivio estaba cerca, con guantes gigantescos de hule espuma, de ésos que se usan en los estadios para señalar que un deportista o equipo es el número uno.

Un grupo de personas sonrientes, vestidas de rojo y morado, señaló el camino hacia cada sede, saludó a los visitantes y les facilitó su desplazamiento.

Hay unos 70.000 voluntarios cuyo trabajo consiste en dar indicaciones para llegar a un sitio, permitir que los niños extraviados se reencuentren con sus familias y hacer más grata la estadía de los visitantes a los Juegos Olímpicos.

En medio de las quejas sobre las tribunas vacías, el transporte saturado y los problemas para conseguir un boleto, los voluntarios son un aspecto de estos Juegos que ha ganado elogios casi unánimes. Son incansables, alegres y amigables.

Incluso, se puede dudar por momentos que esto sea parte de Londres, una ciudad más conocida por la frialdad de sus habitantes.

«¡Así es Londres!», afirmó Kostas Ruffy, voluntario de 50 años, parado ante las rejas del parque, donde daba palmadas a muchos espectadores que llegaban. «Somos jubilosos. Nos gusta un poco de buen humor».

Los voluntarios no dejan de decir «buenos días» a la ola humana que llega a las instalaciones. Algunos usan sus guantes de hule espuma para señalar la dirección en que alguien debe ir.

Un hombre, en una silla tan alta como la de un salvavidas, habla con cortesía y sin parar por un micrófono. «Buenos días, damas y caballeros, una cordial bienvenida para ustedes. Por favor tengan sus boletos a la mano».

La escena se repite en las sedes olímpicas de toda la ciudad y en otros sitios de la urbe, donde la oficina del alcalde ha desplegado parte de este ejército de «embajadores londinenses» vestidos de color de rosa.

Es como si se celebrara una convención de amables en Londres.

__

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas