La cicatriz en el codo derecho de Michael Ynoa es mucho más que el recuerdo de un proceso quirúrgico que se ha hecho rutina en el béisbol profesional de los Estados Unidos, con todo y que sea de carácter mayor. Es motivación y reflexión a la vez. Una combinación de prueba superada con la alerta constante de que mientras más alto estés la caída duele más.
Todo era brillo en julio de 2008 cuando obtuvo el gran bono de los Atléticos de Oakland por 4.25 millones de dólares, lo que en el momento no fue un récord, sino una señora noticia, ya que el protagonista era un joven de 21 años.
Poco tiempo después llegaron las lesiones y la duda arropaba el futuro del cotizado mozalbete, quien se apegó a Dios para sobrevivir cualquier frustración que se presentaba en su camino.
“La fe mueve montañas”, dice Ynoa a elCaribe después de lanzar en el pasado Juego de las Futuras Estrellas, un partido donde se enfrentan los mejores talentos de Estados Unidos contra los nacidos fuera de la Unión.
“Busqué más del Señor junto a mi familia y eso me ayudó a sobrevivir en esos momentos en los que no podía despegar mi carrera”, comenta el espigado lanzador de 6´-7´´ de estatura en su casillero del Citi Field, la sede del encuentro donde estuvo acompañado por más de una decena de prospectos criollos.
“Puedo decir que la iglesia, mi casa y la gente buena que siempre me ha acompañado me dieron aliento y motivación. Las cosas pasan, pero nadie conoce las pruebas de Dios. Esa fue una grande y aquí estamos tratando de avanzar”, dice.
Ynoa tuvo horas largas que en su momento no fueron las más agradables, pero ahora puede decir que le sirvieron para madurar en muchos aspectos importantes de la vida.
“El dinero no es lo único en la vida”, comenta. “Este es un juego para hombres y hay que hacerse hombre rápido. Uno aprende a ser paciente y a valorar lo que se tiene”, añade el muchacho de ojos color esmeralda y hablar pausado.
Camino con luz
Ynoa, quien gusta del cine y la lectura, comenzó el 2013 muy bien y espera que todo continúe al ritmo actual de progreso constante.
Fue incluido por los Atléticos en el roster de 40 hombres y promovido hasta la llamada Clase A fuerte o avanzada de la organización, una de las que mejor prepara prospectos en las Grandes Ligas.
“Lo mejor de todo es poder trabajar sin pararme, sin preocupación. Sé que lo peor ha pasado y ahora me concentro en aprender. Sé que me falta mucho, pero gracias al Señor cumplo con mi rutina sin inconvenientes y sé que los frutos llegarán”, expone.
Su inclusión en el Juego de las Futuras Estrellas es un honor que el derecho no toma a la ligera.
“Estoy aquí representando a la República Dominicana junto a otros jóvenes valiosos que espero lleguemos todos a Grandes Ligas, porque ese es el gran sueño”, comenta el educado serpentinero.
Aunque fue el derrotado por el equipo del Mundo, Ynoa se fue con una sonrisa. “No todo sale como uno espera, pero estar aquí es un honor”, dice.
Tirar strikes y dominar todos sus lanzamientos
Ynoa pertenece a los Stockton Ports, en la Liga de California.
Tiene registro de 2-3 con un promedio de carreras limpias de 4.06. En 64 entradas y un tercio ha permitido 63 imparables, le han anotado 37 carreras, 29 de ellas limpias. Ha caminado a 28 contrarios y ha ponchado a 57. La oposición le batea .251.
Está claro que debe mejorar en su control, pero estamos hablando de un joven que ha visto su proceso detenerse por lesiones muy fuertes.
“La meta es lanzar strikes. Sé que debo trabajar mucho en ese sentido porque el lanzador que tira bolas embasa mucha gente o tiene que venir por la goma al caer debajo en el conteo y ahí se complica la situación”, dice.
En el Juego de las Futuras Estrellas estuvo por debajo varias veces en el conteo y terminó pagando por ello.
Ynoa tiene una bola rápida que viaja entre los 95 y 97 millas, un cambio, curva y trabaja en otros envíos. El joven, si se mantiene en su liga actual para el primer de agosto, será incluido en el próximo sorteo de novatos de la Liga Invernal Dominicana. “Espero en Dios mediante que sea así porque uno siempre quiere lanzar en su país. Lo primordial es terminar en salud, sin lesiones en los Estados Unidos y luego trabajar en República Dominicana”, comentó. “Será un sueño hecho realidad”, agregó.
