Austria ha de ser un país sumamente aburrido. Porque no tiene motoconcho. Y los semáforos están sincronizados. Y no tiene guaguas voladoras. Y lo que se oye es música de los grandes clásicos. Ni tienen una senadora como Sonia Mateo. Ni un abogado tan truculento como Vincho. Ni nadie toca el acordeón como Fefita la Grande. Y la gente no conoce el mangú con salchichón y aguacate. Ni una playa como “La Poza de Bojolo”. Ni oyes a nadie decir “ayer me bajé un pote”. Ni nadie saluda “¿y qué…?” o “¿cómo tú tá?” o “¿qué e’ lo que hay?”….Entonces, ¿de qué viven los periodistas en ese país tan aburrido?

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