Solo la tormenta Franklin llegó al país, sin embargo, el disturbio de este mes dejó mayor inundación de la historia

El cambio climático, desorden en la construcción por falta de un ordenamiento territorial adaptado a ese cambio, así como la falta de un buen drenaje pluvial en el Gran Santo Domingo y otras ciudades del país, hacen que en temporadas ciclónicas con poca actividad en nuestro territorio, como la que termina mañana, ocurran desgracias iguales o mayores a las de épocas de mucha actividad atmosférica en la isla Hispaniola.

De los siete ciclones que se formaron en el Atlántico, solo la tormenta Franklin, impactó directamente la República Dominicana. A su paso fallecieron al menos tres personas y 3,390 fueron desplazadas a lugares seguros, sin embargo, una vaguada el 18 de noviembre dejó más de 30 fallecidos y miles de afectados.

La directora de la Oficina Nacional de Meteorología, Gloria Reyes, señaló que en total se formaron 19 tormentas nombradas y de esas siete alcanzaron categoría de huracán: Don, Franklin, Idalia, Lee, Margot, Nigel y Tammy.

El 23 de agosto, pasadas las 8:00 de la mañana, la tormenta tropical Franklin tocó territorio dominicano al sur/suroeste de Barahona, con vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros por hora y extendidos los vientos tormentosos hasta 185 km fuera de su centro.

En ese momento el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), ratificó alerta roja para 25 provincias y amarilla para siete por posibles inundaciones urbanas y rurales, crecidas de ríos, arroyos y cañadas, así como deslizamientos de tierra.

El presidente de la República, Luis Abinader, informó que los daños provocados por la tormenta Franklin se han cuantificado en RD$ 5,100 millones (cinco mil cien millones de pesos), sin sumar los efectos recibidos por las distribuidoras de electricidad.

En septiembre, el COE solo emitió cuatro boletines con alertas verdes y amarillas para unas pocas provincias del país debido a aguadas y acumulados de lluvias.

Mientras que en octubre, el número de boletines aumentó a nueve, por precipitaciones iguales a las del mes anterior. A finales de ese mismo mes, se registró la depresión tropical número 21.

Sin embargo, al igual que el año pasado, noviembre será el mes más recordado de la temporada ciclónica 2023 debido a los estragos causados en el Gran Santo Domingo y otras demarcaciones de la República Dominicana.

Un potencial ciclón tropical dejó un saldo de más de 30 personas fallecidas de acuerdo con el levantamiento de casos hecho por los medios de comunicación, aunque de manera oficial el COE reportó 25, y 37,060 personas fueron desplazadas.

Nueve de esas defunciones se produjeron debido al colapso de una pared en el paso a desnivel de la avenida Máximo Gómez con avenida 27 de Febrero, entre ellos cuatro ciudadanos puertorriqueños y dos haitianos.

Ese fenómeno trajo consigo un acumulado de lluvias de 431 milímetros, superó los valores registrados en el ciclón de mayor impacto en el país: Georges, 1998, cuyo cumulado de precipitaciones fue de 409.3 milímetros.

Gloria Ceballos, directora de la Onamet; Juan Manuel Méndez, responsable del COE; y Juan Sala, titular de la Defensa Civil, no descartan que fenómenos como el del sábado 18 de noviembre vuelvan a ocurrir, incluso fuera de temporada. ¿La razón? El cambio climático.

De manera preliminar, las autoridades establecen que los daños por el fenómeno atmosférico de este mes, ascienden a más de ocho mil millones de pesos.

Responsables

Todos tenemos una cuota de responsabilidad en lo que ocurre. Según diversos especialistas: la sociedad por el manejo de los residuos sólidos y las autoridades por el manejo y disposición de ellos, así como la falta de régimen de consecuencias en el tema de los plásticos de un solo uso.

El ambientalista Nelson Bautista considera que, entre los factores que no se están tomando en cuenta frente a los efectos del cambio climático en el país, figura lo relativo a la adaptación; que la sociedad entienda que tiene que hacer un cambio de cultura, comportamiento en cuanto al manejo de los residuos sólidos, especialmente de los plásticos.

“Si se fija en el caso de Santo Domingo, un altísimo porcentaje de los imbornales, drenajes y desagües de la ciudad, estaban totalmente tapados por plásticos y residuos. Eso desde luego que hay una alta responsabilidad del ciudadano, sin embargo, hay una tasa alta de irresponsabilidad de las autoridades por no actuar a tiempo en la recogida y destape”, expresó el especialista.

Refiere, además, que hay una flaquísima normativa de responsabilidad extendida a los productores y empresas importadoras que tienen la responsabilidad de tener el control del desecho de los plásticos de un solo uso y su disposición final.

“Si las autoridades continúan permitiendo este tipo de desorden en el tema del cambio climático y los efectos, seguiremos teniendo graves dificultades en el ornato y la seguridad de las ciudades”, enfatizó.

Urbanización e impermeabilización del agua

Bautista explica que otro factor que hace que las inundaciones sean cada vez más frecuentes y fuertes en el gran Danto Domingo, Santiago y otros lugares, tiene que ver con la altísima impermeabilización del agua que están sufriendo las ciudades a través del encapsulamiento de los cuerpos hídricos; llámese cañadas, arroyos o quebradas.

“Cada vez que encapsulamos una, que impermeabilizamos un terreno, que evita que se drene el agua de forma adecuada por los cursos de su flujo habitual, natural, en esa misma medida estamos provocando que incremente la velocidad, se acumule en lugares indeseados y desde luego que se inunden nuestras urbes”, enfatizó.

En este punto coincide el subdirector de la Onamet, Bolívar Ledesma, quien explicó que las construcciones urbanas tienen mucho que ver con el aumento de las inundaciones.

“En este país, no hay que traer más que 100 milímetros para que se inunde todo”, aseguró el meteorólogo al citar el impacto del cambio climático así como las construcciones sobre cañadas o cauces naturales, entre las razones del aumento de inundaciones urbanas.

“Santiago de los caballeros ya con 20 milímetros tú tienes agua para inundar. Es una zona microclimática porque Santiago es puros hoyos pero todos esos hoyos los han ido eliminando por construcciones, urbanizaciones, donde tapan las cañadas y eso hace que con el tiempo se tengan más inundaciones”, citó como ejemplo el subdirector de Onamet.

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