El legendario pianista Chucho Valdés, es un músico que revolucionó el piano del jazz, gracias a la percusión afrocubana, como ha demostrado en la producción Jazz Batá 2, un trabajo que inició en 1972 y que solo en 2018 cerró su ciclo al ponerlo completo a disposición del público.

Ahora Chucho Valdés celebrará sus 80 años (cumplidos en octubre pasado) con un homenaje que recibirá el 5 de julio en un concierto en el Festival Starlite, en Marbella, donde estará acompañado por Pablo Milanés y Pancho Céspedes por Cuba, y por los españoles Efecto Mariposa y Javier Ojeda.

El creador del grupo Irakere dijo que sueña «lo mejor» para Cuba, que según especificó, significa «la libertad».En entrevista con el diario español ABC, el músico cubano anunció la próxima publicación de sus memorias, «donde lo cuento todo», adelantó.

Sobre el homenaje que recibirá, donde Chucho Valdés celebrará sus 80, lejos de su país, expresó que “Fue el mejor regalo que podía recibir a mi edad. Todos están encantados de sumarse al concierto y te aseguro, será algo muy grande e histórico».

«Sí hay mucho de lo que me alegro y te aseguro que no recuerdo nada de lo que me arrepienta. He roto muchas barreras en el camino, las que mi propio país me puso en el camino, pero te diré que valió la pena la lucha», confesó el destacado músico.

Sobre su relación con Cuba hoy, y recordando el tiempo que estuvo sin ver o relacionarse con su difunto padre el inmenso Bebo Valdés (creador del ritmo mambo junto al contrabajista Cachao López) manifestó que «no tiene nada que ver con la política. Lo que está pasando en mi país no me gusta, pero nada hará que rompa la relación con mis hijos. No hay fuerza en el mundo que consiga que un padre deje a sus hijos por otros problemas. Mis hijos son mi vida. Los amo, como amo a Cuba, aunque no esté de acuerdo con lo que ahí pasa, pero me refugio en el arte, en mi música, porque hay cosas que no puedo resolver yo solo».

Calificó como «una gran frustración» vivir en esa situación y aseguró que en Cuba «hubo una gran esperanza, pero todo cambió».

Acerca de si volvería a residir en Cuba, ahora que vive a caballo entre Málaga y Miami, precisó: «En otras circunstancias claro que sí. Mi historia, mi raíz, todo lo de mi vida sale de ahí. (…) Te aseguro que después de Cuba donde mejor me siento es en España. Hay mucho en común y me siento como en mi casa».

«En octubre va a salir mi autobiografía, que se llamará «Lo que he vivido», donde recuerdo a las tres personas más importantes de mi vida: mis padres y mi abuela, con los que tuve una infancia muy feliz».

Sobre su padre Bebo Valdés, uno de los músicos más importantes de Cuba y que se fue de la Isla en 1960 por su desacuerdo con el régimen de Fidel Castro, señaló: «Lo peor fue cuando mi padre tuvo que irse de Cuba y me quedé al frente de mi familia con 19 años. Me emociono al recordarlo. Fue el peor día de mi vida».

«No pude acompañarle al aeropuerto porque estaba roto y me pasé más de una semana sin parar de llorar. Por el contrario, el mejor día de mi vida fue cuando nos reencontramos. Pasaron 18 años hasta que volvimos a vernos en un teatro en Nueva York. Tiempo después me mudé a vivir a Benalmádena, a su lado, y esos años recuperamos todo el tiempo perdido. Grabamos discos, salimos de gira, vivimos…»

«Puede que haya quien se enfade, pero es mi verdad de lo que he vivido», apuntó sobre sus memorias.

Chucho Valdés ha sido una de las más importantes figuras de la cultura cubana, junto a Leo Brower, Pablo Milanés o el cineasta Fernando Pérez o el fallecido Adalberto Alvarez, que han alzado su voz condenando la brutal represión desatada contra los manifestantes del 11J y el 15N, y antes contra los artistas jóvenes que pedían diálogo con las autoridades culturales.

«Hace muchos años vi a la Policía de (Fulgencio) Batista arremetiendo sin piedad contra los estudiantes universitarios. En esos tiempos yo era un estudiante en la Escuela Normal para maestros. Cada vez que pasaba la Policía mirando hacia adentro de nuestra escuela nos daba terror, pues los jóvenes y el pueblo no podía manifestarse libremente pidiendo cambios o la salida del presidente», escribió en su cuenta de Facebook.

«En 1959 se prometió que nunca más volverían a repetirse cosas como esas, que habría libertad de expresión y elecciones libres. Por supuesto, lo creímos, pero las imágenes que veo son increíbles. Ver para creer, dijo Santo Tomás, y lo veo y lo creo, aunque todo esto es increíble. Libertad para todos los cubanos #15N», concluyó.

Muchos le achacan el hecho de haber firmado en el 2003 una polémica carta en su condición de miembro del Consejo de la UNEAC, justificando el fusilamiento de un grupo de jóvenes cubanos ese año y a su afinidad previa con el régimen cubano. En cambio en julio de 2021 dijo sentir mucha tristeza por lo que está sufriendo el pueblo cubano, incluida su familia. «Duele mucho ver las condiciones infrahumanas en las que subsisten. Basta ya de engaños y mentiras. Es imprescindible la ayuda humanitaria internacional».

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