Kabul – La nueva Administración de Afganistán quedó oficialmente sin mujeres después de que este martes los talibanes designaran al resto de los miembros de un Gobierno que pretende ser «inclusivo»: con todo hombres y unos pocos miembros de minorías, con el objetivo de lograr al fin el reconocimiento internacional.

Además de la ausencia de mujeres, entre la veintena de cargos designados hoy se cuentan apenas unos pocos representantes de etnias no pastunes -la mayoritaria de los talibanes- u otras minorías, casi todos ellos en puestos secundarios o subordinados.

El viceministro de comunicaciones del Gobierno islamista y principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, aseguró sin embargo que estos nombramientos «se realizaron en base a la profesionalidad y el mérito y fortalecerán aún más los recursos humanos del Emirato Islámico».

La exclusión oficial de las mujeres ocurre días después de que se conociera la disolución del Ministerio de la Mujer, un órgano del Gobierno creado en 2001 para promover la defensa de los derechos y la participación activa femenina en la vida social y política del país.

 

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Mujahid, que anunció los cargos en una rueda de prensa en Kabul, aseguró que en el futuro «nombrarán mujeres en algunos puestos».

El portavoz insistió además en que están «comprometidos con los derechos de las mujeres», pero que necesitan más tiempo para elaborar «algunas regulaciones y normas para ellas», y aseguró que trabajan para «abrir pronto» las escuelas de secundaria para niñas.

MAS TALIBANES

Los nombramientos de hoy despejaron algunas dudas sobre el grado de inclusión que permitirían los fundamentalistas en su nuevo Gobierno, a pesar de que habían prometido tras su llegada al poder y semanas de debate que representaría a todo el país.

Entre las pocas elecciones fuera del círculo pastún están Haji Noor Uddin, nuevo ministro de Comercio; además de dos viceministros del mismo despacho, los tres miembros de la etnia tayika; o el doctor Muhammad Hassan Ghyasi, segundo viceministro de Salud Pública, y perteneciente a la atacada minoría hazara.

Asimismo, se designó al mulá Sadar Ibrahm, como viceministro del Interior para la Seguridad; al mulá Abdul Qayoom Zakir, como nuevo viceministro de Defensa; y al analista protalibán Nazar Muhammad Mutmaeen, como jefe interino del Comité Olímpico Afgano, ampliando aún más la cuota de los islamistas en el poder.

Los talibanes habían anunciado ya el pasado 7 de septiembre a los principales miembros de su Administración, formada ahora por 21 carteras, buena parte de ellos miembros de la base dura del grupo fundamentalista, con el mulá Hassan Akhund como primer ministro.

EL RECONOCIMIENTO

Con este Gobierno algo más «inclusivo», los talibanes esperan que puedan recibir pronto el reconocimiento de la comunidad internacional, que continúa demandando garantías de seguridad y respeto a los derechos y las libertades.

«Se han cumplido todos los requisitos internacionales para el reconocimiento de un Estado, ahora es responsabilidad de la comunidad internacional reconocernos oficialmente», dijo hoy el portavoz de los talibanes.

La falta de reconocimiento internacional mantiene a Afganistán y a los talibanes no solo aislados geopolíticamente, sino también sin recursos, en tanto los organismos internacionales han congelado la mayoría de los fondos de los que disponía el país asiático.

Pero a juicio de los talibanes, la comunidad internacional debe primero reconocerles como Gobierno, y luego «pueden compartir sus preocupaciones con nosotros a través de los canales diplomáticos».

Sin acceso a las reservas internacionales ni a los fondos de ayuda, en este momento el Gobierno está trabajando «día y noche» para resolver los «problemas económicos en curso», dijo Mujahid, que anotó que son aconsejados por países como Irán, Catar o Pakistán para obtener el «reconocimiento oficial» cuanto antes.

Los planes de alivio del Ejecutivo ahora se centran en conseguir que Washington permita el acceso a las reservas afganas en Estos Unidos, y crear mecanismos de recaudación interna.

Con esto «los problemas económicos se resolverán hasta cierto punto y la pobreza disminuirá», prometió.

EL TERRORISMO

El portavoz talibán se refirió también a la amenaza del grupo yihadista Estado Islámico (EI), después de que el pasado fin de semana se produjeran varios atentados en la provincia oriental de Nangarhar reivindicados por esta formación, que causaron al menos seis muertos y una veintena de heridos, en su mayoría talibanes.

Mujahid se comprometió a que «estos sean los últimos ataques», porque, según él, en Afganistán este movimiento no tiene «apoyo popular y los grupos sin apoyo público no pueden generar desafíos para el Gobierno».

Asimismo, restó importancia a las preocupaciones externas sobre la presencia de combatientes extranjeros y de Al Qaeda en Afganistán, al asegurar que eso es solo «propaganda», y garantizó que «no permitirán que ningún grupo use el suelo afgano contra otros».

«Estamos comprometidos con nuestra promesa», reafirmó refiriéndose al pacto firmado con Estados Unidos el año pasado, con el que se acordó la retirada de las tropas internacionales.

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