Luis Vargas, uno de los principales pilares de la bachata celebró anoche el 40 aniversario de vida artística, ocasión en la que prácticamente hizo las paces con sus contrincantes de antes. El cumpleaños se celebró por todo lo alto en el United Palace Theater, en Alto Manhattan, Nueva York.
Antes del nutrido espectáculo donde tuvo invitados como Luis Segura «El Añoñaito», Luis Vargas tendió una rama de olivo a aquellos bachateros con quienes tuvo controversias en el pasado.
Una pregunta de El Caribe, relacionada con los colegas del género que más le han influenciado y de cuales ha sentido más apoyo, le hizo reflexionar sobre el tema.
«Son todos amigos míos. Mi inspiración realmente fue Luis Segura, cuando yo empecé mi carrera. Mi primera noviecita, mis tíos los escuchaba llorando mientras escuchaban las canciones de Luis Segura, «Cariñito de mi vida…» (tararea). O sea para mí eso tiene un valor muy grande», reconoció.
Acerca de los nuevos valores, el llamado El Rey Supremo de la Bachata, expresó convencido: «Y los muchachos, los que están ahora… nos llevamos bien todos. Solamente hay cositas, pero eso se va superando. Hay mucho acercamiento después de lo que hizo Romeo con el disco Utopía».
«Hay mucho acercamiento entre los colegas que entienden que de verdad tenemos que tener como hacen los reggaetoneros, que hacen muchas colaboraciones. Unión. Eso es lo que nos ha hecho falta realmente», sostuvo.
Seguidamente se refirió a los motivos por los cuales eso no ha sido así antes. «El ego artístico de algunos colegas. Y hasta me voy a incluir también. Porque hubo un momento que a mí me hablaban de otro y yo decía cosas… Los años no pasan para nada. Los años pasan para que la mente se te abra. Y hay cosas que en esos tiempos todo el mundo estaba detrás de lo suyo. Y peleaba por eso. Ya casi todo el mundo está bien y está económicamente bien, y ya no hay por qué pelear», confesó.
Y concluyó: «Lo que hay es que unirse y darle paso a los nuevos talentos que vienen. Y ayudarlos y hacer canciones con ellos para que se expandan, como lo hicimos nosotros».
Después fue el concierto en el United Palace Theatre. Un vuelta de hoja. Un antes y un después. Un momento más de impulso para la bachata. No todos los días se cumplen 40 años de vida artística.
