El Dr. Vinicho Castillo habló en su programa “La Respuesta” y dijo: “A Leonel Fernández le digo desde aquí: El país necesita defensa, la defensa que tiene que hacer y la tiene que hacer aquel que tenga los más altos niveles de liderazgo; asuma la defensa del pueblo, encabece la defensa. En un tiempo desagraciado donde se corrompen tantas entidades que deben ser modelo de rectitud y de virtudes y se ve cómo se hunde en la complacencia obscena, en la falta de virilidad, dándole apoyo al crimen”.

Es una exclamación y reclamo de mucho sentido de responsabilidad. Eso es lo que este domingo ha hecho, el Dr Leonel Fernández.

El liderazgo encarna las aspiraciones y valores de una parte importante de la población, que se unifica en torno a la narrativa y el discurso sostenido por una figura con los mismos propósitos.
El líder se fortalece o se debilita, dependiendo de su certeza en plantear la dirección que conduzca a resultados buscados por la generalidad de sus seguidores. Esos resultados deseados se refieren a lo sustancial, al proceso mismo.

El país sabe que para la celebración de estas primarias hubo un derroche descarado del presupuesto nacional, para realizar una campaña en todos los medios, la cuál sobre pasó con creces los niveles de saturación; hubo y hay presión sobre actores económicos, servidores públicos y suplidores del Estado, al mismo tiempo que se han violentado los derechos.

La Nación presenció que los primeros resultados empezaron a darse antes del cierre de la votación, actuación violatoria a toda norma; equipos electrónicos con fallas inducidas para favorecer a un candidato y compras de cédulas que escaneadas se usaron para votar.

Fue una vergüenza nacional lo ocurrido en las primarias de mi partido, el cual fue fundado para crear instituciones que sean modelo de rectitud y virtudes. Un partido para servirle al pueblo dominicano, no para servirse de él como corporación empresarial.
Si esto ocurrió en unas elecciones primarias para escoger los candidatos del PLD, qué puede esperarse para las elecciones municipales de febrero y congresional y presidencial de mayo del 2020.

El pueblo vivió y presenció el bulto de actuaciones fraudulentas y ha terminado aprendiendo que esos medios se utilizan para electrónicamente desnaturalizar la voluntad del pueblo.
Todo esto ha ocurrido con la participación y complicidad de una entidad que está llamada a regular el proceso comicial, base del régimen democrático creado por los romanos y griegos, como instrumento de expresión de los pueblos.

Lo penoso es que desde el seno del PLD surgiera el grupo organizado que ha montado este montón de basura sobre la forma de un pueblo expresarse libérrimamente.

Los peledeístas debemos aferrarnos a los valores y separarnos de lo que ensucia las aguas y saliendo del río, renunciando a un cuerpo que ha hecho metástasis. Situemos nuestras fuerzas detrás del que tiene el más alto nivel de liderazgo y asumamos con militante dedicación su narrativa y rumbo.

Los propósitos siguen siendo los mismos, lograr plena democracia, crecimiento y progreso con inclusión y un Estado social y de derechos con sólidas instituciones.

Si un sector predomina y propicia una involución política, debemos organizarnos fuera del PLD en torno a Leonel Fernández y otras organizaciones, para recuperar el país.

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