Nuestros primeros pobladores debían tener más de 1,500 años en la isla, cuando llegaron los europeos, con Cristóbal Colón a la cabeza del gran choque cultural que significó el mal llamado descubrimiento. Agraciadamente el estudio de los tainos, hoy es parte de los programas oficiales de Educación. El conocimiento de nuestras raíces es un asunto vital para entender que nuestra historia mas allá de la fecha de llegada de los españoles a La Isabela. Muchas leyendas eran enseñadas como asuntos ciertos, tal y como la fabula de que los marinos que acompañaron al negociador de las Capitulaciones de Santa Fe, contrato discutido entre Isabel la Católica y Cristóforo Colombo acerca de las condiciones pactadas, eran bandidos sacados de las cárceles bajo promesa de libertad. El Primer Viaje fue una aventura comercial porque según datos, Colón tenía información fidedigna de hacia adonde iba. Confundido de que llegaría por esa ruta a la India, llamo indios a los aborígenes a quien preguntaba, frente a un Notario, si no tenían inconveniente en que tomara esas tierras en nombre de la Reina Isabel I de Castilla. El Cacique o jefe al que preguntaban, no tenía idea alguna de lo que esas palabras significaban. Según los describe Colón en su diario era “gente de cuerpos esbeltos, altos y hermosos. De color oscuro o aceitunado y usaban el pelo corto.

Eran carilampiños y sin bellos en el cuerpo” Apenas conocemos detalles de la organización cultural de nuestros antepasados primeros, pero si sabemos que estaban divididos en 4 clases sociales: los Naborias, siervos que eran de la clase más baja: Nitaínos, que eran los nobles, guerreros, y los artesanos. Estimados por ser de “mejor sangre” que los demás, tenían a su cargo a otros indios, venían a ser los lugartenientes de los caciques los Bohíques (curanderos) eran de un linaje de bohíque. y el Cacique. Los Caciques eran posiciones heredadas y procedían de la clase nitaíno. Tenían el poder solar del dios del fuego y practicaban la poligamia: Se indica que Bohechio tenía 30 mujeres, pero “solo amaba a una” Los indígenas estaban en la edad de piedra al llegar los españoles y no usaban los metales, en sus instrumentos, pero conocían el oro al que llamaban Guanín. Yocajú era el padre creador Atabey la madre y diosa de la lluvia.

Su diversión favorita el juego de pelota y lo que sorprendió a los españoles fue utilizaban una pelota a base de raíces de Cupey que rebotaba, fenómeno desconocido por los europeos. Lo curioso es que las reglas básicas del juego consistían en golpear la pelota con cualquier parte del cuerpo, menos las manos. condición básica del futbol moderno. Cuando estudiaba en la escuela elemental, la imagen que nos proyectaban del indígena de Quisqueya era muy difusa y pobre. Desconocíamos que, en nombre de una hipócrita evangelización, se escondía una brutal explotación y los mas brutales abusos contra unos seres mansos y libres.

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