Una sombra se cierne sobre la continuidad en el poder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que gobierna la República Dominicana desde el año 2004.

A pesar de la valoración positiva del gobierno del presidente Danilo Medina, de los esfuerzos del candidato presidencial Gonzalo Castillo y del equipo estratégico de campaña la más reciente encuesta Gallup, sus números de los escenarios de primera y segunda vuelta, han sembrado la percepción de que se necesita mucho más para ganar las elecciones presidenciales del 16 de mayo de este año 2020.

Como bien prueban los acontecimientos, los dominicanos nos debatimos en un panorama político de pronostico reservado, cambiante como el clima. Nadie puede cantar victoria por adelantado y el triunfalismo por lo regular suele ser funesto.

El ex presidente Leonel Fernández renunció a la presidencia y militancia del partido morado al sentirse víctima de un fraude en las primarias presidenciales.

Su partida concretizó la división entre las fuerzas del “danilismo” y el “leonelismo”. Con todo y eso el PLD se mantiene a la cabeza de todas las fuerzas políticas del país.

La salida de Leonel y su alejamiento de Danilo formalizó la ruptura de los dos más sabios estrategas políticos del presente, relevos de los liderazgos que ostentaron los expresidentes Juan Bosch, Joaquín Balaguer y el líder perredeista José Francisco Peña Gómez.

De aquí a la histórica consulta electoral del 16 de mayo queda mucho por hacer para pavimentar el camino de la simpatía mayoritaria y asegurar el triunfo en las urnas.

Al anunciar la creación de la Fuerza del Pueblo, Leonel arrojó la impresión de un alejamiento sin retorno y radical con su antigua casa política e incluso personal con su compadre y compañero de partido, Medina.

Sin embargo, para sorpresa general Leonel estuvo en primera fila y con un abrazo expresó sus condolencias a Danilo por la muerte de su querido padre.

La vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, esposa de Leonel, acaba de sumarse con desbordado entusiasmo a la campaña de Gonzalo y se cuenta entre sus potenciales compañeros de boleta, dado su arraigo y carisma.

El reencuentro Danilo-Leonel, a pesar del imposible planteado, no es descartable en un nación donde las cartas políticas por jugar son el pan nuestro de cada día.

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