Era 1995 y en los cines aparecía por primera vez el título ‘Toy Story’. Y, debajo, los creadores que cambiaron la animación para siempre: Pixar.

Desde 1995, Woody y el resto de sus amigos han pasado por tres aventuras más. La última, Toy Story 4, se estrenó hace escasas semanas y es un éxito.

La maquinaria de Pixar creó muchos otros personajes entrañables y exitosos: Wall-e, un robot muy humano compactador de basura; Nemo, un pez payaso con una aleta más pequeñita de lo normal; Mike y Sulley, dos monstruos muy divertidos; Ratatouille, un ratoncillo muy mañoso en la cocina, y Alegría, y todo un ejército de sentimientos, entre muchos más. La compañía del Flexo lleva más de 40 años imaginando mundos de fantasía y diversión, en teoría, para los más pequeños. Pero lo cierto es que sus películas son una delicia para espectadores de cualquier edad. Esta es la historia de Pixar.

El inicio de los tiempos

Todo empieza de la mano de Indiana Jones. Bueno, no literalmente. Pero sí de la de su creador: George Lucas. Con él, otras tres personas convergieron para levantar el gran imperio del flexo: Ed Catmull, John Lasseter y Steve Jobs.

Cuando era joven, Catmull quería ser animador, pero creía que no era lo suficientemente bueno, según el mismo contó en un documental. Tras sopesar ingresar en Cal Arts, la facultad en la que estudiaron el propio Lasseter y Tim Burton, entre otros, su falta de fe en sí mismo lo llevó a estudiar física y a trabajar en el Instituto de Tecnología de Nueva York. Fue allí de donde, hace 40 años, el padre de Star Wars lo encontró y lo contrató para que dirigiese la división de Lucasfilm dedicada al desarrollo del uso digital para cine. En 1983, John Lasseter se unió a Catmull y el resto, al principio como profesional “freelance”, en el equipo de gráficos. “Cuando era pequeño me gustaba dibujar más que cualquier otra cosa”, dijo Lasseter en el documental.

Apenas tres años después, en Star Trek II se pudo ver la primera secuencia completamente animada por ordenador en una película: de una tierra árida y sin vida surgía rápidamente una vegetación frondosa. En 1986, entra en juego el visionario de la manzana, Steve Jobs, que puso sus ojos y sus dólares en Pixar.
Por aquel entonces había 40 personas trabajando en la empresa que compró por 10 millones de dólares y a la que inyectó otros cinco para su desarrollo.

El primer corto de la era Jobs fue Luxo Jr., que protagoniza la lamparita símbolo de Pixar. Fue el primer trabajo de animación en 3D nominado a un Oscar.

De Toy Story a Toy Story 4

Después de Luxo Jr., Pixar produjo otro corto, en 1988, llamado Tin Toy, el germen de Toy Story. A principio de la década de los noventa, Pixar y Disney se unen para crear y distribuir al menos una película animada íntegramente con ordenador. La parte creativa y de realización era de Pixar y la logística y administrativa, de Disney.

El éxito de Toy Story fue inmediato. La proyección del film se cerró con una recaudación de más 500 millones de dólares en todo el mundo. Jobs decidió que Pixar pasase a ser un estudio y no solo una productora, cambió el acuerdo con Disney – que hasta ese momento se quedaba con gran parte de los beneficios y con los derechos demerchandising- y sacó Pixar a bolsa.

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