Otros destinos (una guía para curiosos)

“Cuando la barca llegó a tierra el 13 de enero de 1943, los cristianos se encontraron con algunos cincuenta hombres desnudos y con el rostro todo tiznado de carbón …

“Cuando la barca llegó a tierra el 13 de enero de 1943, los cristianos se encontraron con algunos cincuenta hombres desnudos y con el rostro todo tiznado de carbón, los cabellos muy largos atados atrás y puestos en una redecilla de plumas de papagayos que, portando arcos y flechas y macanas, accedieron a intercambiarlos por algo de los cristianos. Tras desprenderse de algunos arcos, cambiaron de opinión y recogieron arcos, flechas y unas cuerdas para atar a los cristianos, quienes siempre andaban bien armados y los atacaron con buen ánimo, e hirieron a uno con una espada en las nalgas y a otro en el pecho con una saeta. Por lo cual los indios, asustados del valor de los nuestros y de las heridas que hacían nuestras armas, se pusieron en fuga, dejando la mayor parte de sus arcos y flechas. Y ciertamente muchos habrían quedado muertos, si no lo hubiese impedido el piloto de la carabela.

Tres días después, Don Cristóbal partió de aquel lugar al que llamó Golfo de las Flechas…”

Un asombro en el camino

En plena bahía (en la ruta entre Sabana de la Mar y Samaná) se encuentra el Cayo Levantado: perfecta diadema cubierta de arena limpia y rodeada por aguas quietas y traslúcidas. Un alojamiento de cinco estrellas funciona en este islote de un kilómetro de longitud, al que miles de turistas se acercan cada año a explorar con snorkel los paisajes marinos, tanto como a disfrutar del perpetuo verano de la isla. Lo mismo, a observar una población de centenares de ballenas jorobadas que emigran del Atlántico norte, entre diciembre y marzo de cada año, a culminar su ritual de apareamiento en las aguas cálidas de Samaná.

Bahía de Samaná.

Samaná, Samaná

Los viajeros llegados a la península de Samaná confrontarán un excitante dilema. Por un lado, recorrer el Boulevard Turístico del Norte, que los llevará (en un viaje de inolvidable hermosura) hasta los arenales de Portillo, Las Terrenas y Cosón. Se sorprenderían entonces por la diversidad del paisaje intocado: montañas, cocotales, cascadas y húmedos recodos de ecología tropical. Si avanzan hasta el extremo de la península podrán acariciar la playa Rincón (en Las Galeras), seleccionada como una de las diez más hermosas del mundo.

En Portillo y Las Terrenas, antiguas aldeas de pescadores situadas al inicio de la travesía, reside una numerosa población de extranjeros devotos de la vida natural, de talante wild.
Entreverados con tascas y pequeños restaurantes franceses e italianos (que ofrecen platos típicos de la gastronomía costera), los hoteles y urbanizaciones de lujo satisfacen aquí al turista de altos ingresos que viaja a la península.

Hotel en Puerto Plata.

La ribera atlántica y Puerto Plata

Ante aquella encrucijada, la alternativa supone caminar en dirección oeste, hacia la ciudad de Puerto Plata: ‘Novia del Atlántico’. Sobre una propicia carretera, el viajero atravesará colinas y aguas azules encuadradas por la rara belleza de Cabrera, Río San Juan, Cabarete y Sosúa. Hasta llegar al destino: Puerto Plata, una villa de traza victoriana que esconde enredos de corsarios y piratas al pie de la montaña de Isabel de Torre.

Una tercera parte del inventario de hoteles del país se aloja en la costa norte, dentro del eje marítimo entre Puerto Plata y Samaná. Dos aeropuertos internacionales (en Sosúa, Puerto Plata, y en El Catey, Samaná) enlazan la región con los principales centros emisores del turismo mundial.

El recinto pionero de Playa Dorada (en Puerto Plata), construido en los años 70, con campo de golf y diseños e instalaciones de gran categoría, ha sido renovado y seduce hoy a viajeros de alto estándar. En Playa Grande (cerca de Río San Juan) se creó el proyecto Amanera Resort, que comprende el primer hotel de la cadena Aman levantado en la isla. Un campo de golf diseñado por el célebre arquitecto Robert Trent Jones (con 10 hoyos que saltan directamente sobre el océano) serpentea aquí a lo largo de la costa, proporcionando vistas asombrosamente abiertas, fairways en los acantilados y greens inclinados.

Playa de Cabarete

La playa de Cabarete (a 20 minutos de Puerto Plata) constituye un importante escenario de torneos mundiales de wind surfing y kite surfing. Multitudes de millennials abarrotan los hoteles en los certámenes acuáticos durante el año y, lo mismo, en la semana del afamado DR Cabarete Festival Jazz. Astros como Arturo Sandoval, Chuck Mangione, John Patitucci, Joe Lovano, Chucho Valdés y Ray Barreto han forjado el prestigio de este clásico musical, nacido entre palmeras y a la orilla de un mar presuroso.

El pico Duarte

La diversidad del territorio nacional brinda un catálogo de escenarios extremos. Una muestra: la Cordillera Central, donde se levanta el pico Duarte (3,080 metros s.n.m.), la más alta cumbre de las Antillas. Escalar esta montaña en los meses del benigno invierno tropical representa una costumbre cada vez más difundida entre quienes practican el turismo alpinista.
(Sorpréndase: suba al pico Duarte. Tres o cuatro días de ida y vuelta. Casi siempre a pie; en ocasiones, a lomos de mulo. De tal forma probará, en pleno trópico, temperaturas por debajo de cero grados centígrados. Todo aquello mientras avanza entre senderos anublados, donde llanuras repentinas emergen tras el macizo montañoso y los cursos de agua intocada).

Lago Enriquillo

Otro destino: el lago Enriquillo. Con superficie de 375 kilómetros cuadrados (variable según la época), ocupa el resto de un antiguo canal marino que unía las bahías de Neiba (República Dominicana) y Puerto Príncipe (Haití). A mediados de 2012, el nivel de las aguas se encontraba a 29 metros por debajo del nivel del mar, con una profundidad máxima de 50 metros. En esta zona de temperaturas muy altas (hasta 35 grados centígrados) y lluvias reducidas (500 mm al año), la fauna es de gran diversidad. De las aves, la más llamativa es el flamenco. Se encuentran las dos especies de iguanas: la rinoceronte y la de Ricord. Una de las mayores poblaciones mundiales del cocodrilo americano vive aquí en estado silvestre.

Con un exótico encanto de aridez, la zona del lago Enriquillo apenas se inicia en la tarea de recibir turistas locales y extranjeros.
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El texto y las ilustraciones de este artículo proceden del libro “Turismo dominicano: 30 años a velocidad de crucero”, publicación institucional del Banco Popular Dominicano en 2018.

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