Introducción

He aquí un tema de siempre; de la Biblia, de la historia, de la sabiduría; un tema de la vida, personal, familiar, social; de gente de a caballo y de a pie; de dirigentes políticos, religiosos, sociales; un tema de todos.

Voy a tocar siete puntos, que enumero con sus respectivos títulos.

1- La humildad y la verdad
La humildad es la virtud o valor que consiste en el conocimiento y aceptación de las propias cualidades y limitaciones, fortalezas y debilidades y en actuar en consecuencia con este conocimiento y aceptación.

Santa Teresa recoge este mismo concepto con la sabia expresión: “humildad es la verdad”; la verdad de lo que uno es, reconociendo tanto lo positivo como lo negativo.

El humilde no suele ser mentiroso.

La humildad también se besa con la justicia: el humilde se considera en lo justo, ni más ni menos de lo que es.

La humildad va acompañada normalmente de la sencillez.

Así la humildad, la verdad, la justicia y la sencillez se hermanan.

2- El orgullo es mentira
El orgullo, en cambio, se equipará a la arrogancia, a la vanidad y es un exceso de la propia estimación, que a veces se esconde detrás de causas nobles y virtuosas o de un status social y económico.

El orgulloso, en el fondo, es mentiroso e injusto y ofende a los demás.

Junto al orgullo hay que colocar también la soberbia, esa altivez y apetito desordenado de ser preferido a los demás, el envanecimiento por la contemplación de las propias prendas (internas o externas) con menosprecio de los demás.

En la cultura dominicana ha calado la acepción de soberbia, como aquella cólera e ira expresadas con gestos o acciones descompuestas o palabras altivas, hirientes y ofensivas.

Se habla de un “orgullo sano”, cuando se trata de defender la propia dignidad o los valores patrios y familiares.

La soberbia encuentra una aplicación positiva cuando se trata de cosas y objetos: así se define un edificio magnífico, suntuoso y grandioso como “un edificio soberbio”. Cuando se trata de asuntos humanos, la soberbia siempre traiciona al que la posee y lo hace quedar mal a fracasar.

3- La humildad es una fortaleza
El humilde parece débil e indefenso. Sin embargo, en la humildad está su fortaleza.

En cambio, el orgulloso o soberbio parece fuerte e inexpugnable, hecho de piedra como un muro. Sin embargo, es muy vulnerable, o por su violencia, que destruye o lo destruye, y lo hace reo de daños y penalidades; o por su vanidad, punto débil por el que se le puede comprar con halagos, lisonjas o fama, como otros se compran y se venden por dinero, poder, sexo o placeres de la vida.

4- El complejo de inferioridad no es humildad
Complejo de inferioridad o timidez no es humildad. Aquellos son una carencia, esta es una virtud. Los sentimientos de inferioridad se esconden, a veces, detrás de un soberbio o un prepotente.
Tampoco humillación es sinónimo de humildad, aunque el humilde la sabe manejar mejor que el soberbio.

El complejo de superioridad va acompañado, normalmente, de orgullo, soberbia, arrogancia y prepotencia.

5- La humildad se esuca. El orgullo se fomenta
La gratitud sincera es reconocimiento del otro y signo de humildad. La dureza de corazón cierra las puertas a los demás y es señal de orgullo.

El humilde ocupa su puesto; el orgulloso busca los primeros lugares:

“Al ver Jesús cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: “Deja el sitio a éste”, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y todo el que se humille, será engrandecido” (Lucas 14, 7-11).

6- Eclesiástico 3, 17-20
Resuene también en nuestros oídos otra pieza literaria que recoge la sabiduría acumulada a lo largo de los siglos:

Hijo mío, sé humilde en todo lo que hagas y te estimarán más que al que hace muchos regalos.

Cuanto más grandezas humanas tengas, más pequeño y humilde haz de hacerte. Así agradarás a Dios.

Muchos son altaneros y orgullosos, pero Él revela sus secretos a los humildes. Porque grande es el poder del Señor, y por los humildes será glorificado (Eclesiástico 3, 17-20).

7- Sinónimos de humildad
a) Modestia: Virtud que modera, templa y regla- teniendo al ser humano en los límites de su estado.

b)Sencillez: “Cualidad de sencillo”, es decir, del “que no tiene artificio ni composición”, “que carece de ostentación y adornos”, “que carece de exornación y artificio, y expresa ingenua y naturalmente los conceptos”. “Que no ofrece dificultad”, “que es natural, espontaneo, que obra con llaneza”.

c)Llaneza: Sencillez, actitud libre del aparato y artificio. Familiaridad, cercanía.

Conclusión

CERTIFICO que para hacer estas reflexiones tuve como fuentes la Biblia, las ciencias, la historia junto con mi experiencia, que son maestra de la vida.

DOY FE en Santiago de los Caballeros a los cinco (5) días del mes de mayo del año del Señor dos mil veintidós (2022).

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