Es sabido el efecto inmersivo del plano secuencia por la tensión probada que genera. Y ese es el logro en la construcción cinematográfica que arranca con una escena plácida y de conducta despreocupada de dos soldados en las trincheras inglesas durante la Primera Guerra Mundial. En un tratamiento de la historia planteado de manera lineal los dos soldados son llamados para una misión en la que deben atravesar el territorio enemigo ocupado por el ejército alemán para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra miles de soldados británicos, y entre esos está el hermano de uno de los indicados para la misión suicida que evite una masacre por parte de fuerzas enemigas. Todo el trayecto es perseguido por la cámara en una secuencia sin cortes visibles en lo que se llama en el cine plano-secuencia. Es una toma subjetiva en la que se entremezclan todo tipo de ángulos y encuadres visuales. Pasolini teorizó que “la toma subjetiva es el máximo límite realista de toda técnica audiovisual. No se puede concebir ver y oír la realidad en su transcurrir más que desde un solo ángulo visual: y este ángulo visual siempre es el de un sujeto que ve y oye. Este sujeto es un sujeto de carne y hueso. “Hemos aprendido que esa “toma subjetiva” reproduce el tiempo presente, genera la sensación de que estamos viendo algo en tiempo presente. En el filme se mantiene un tiempo presente, tiempo real, en que suceden los acontecimientos a medida que avanzan los soldados hacia su destino. Nos percatamos de la subjetividad, es decir, del presente subjetivo de la narrativa impuesta a uno de los soldados que en un momento determinado recibe un disparo y queda agonizante e inconsciente con lo que hay un “paso del tiempo” en el que han transcurrido unas horas y el soldado vuelve a su presente continuando la acción al amanecer con lo que notamos que han transcurrido varias horas de las 24 que tienen hábiles antes de que los soldados ingleses caigan en la trampa que le han tendido los alemanes. Asistimos así a la impotencia en que se ven estos soldados noveles enfrentando una empresa superior a sus fuerzas y destrezas y que logran salvar casi que por pura casualidad para al final dar un mensaje que hoy parece una bobería pero que en aquel momento sin suficientes medios de comunicación efectivos era quimérico o era una inmolación enviar a alguien a dar un mensaje cruzando un campo minado. En Netflix.

HHHH Género: drama bélico. Duración: 119 minutos

Posted in Crítica Cine

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