Es una dedicación al grupo Queen, de su música y de su extraordinario cantante Freddie Mercury; que desafió estereotipos e hizo añicos tradiciones para convertirse en uno de los showmans más queridos del mundo. La película plasma el meteórico ascenso de la banda al olimpo de la música a través de sus icónicas canciones y su revolucionario sonido; su crisis cuando el estilo de vida de Mercury estuvo fuera de control, y su triunfal reunión en la víspera del Live Aid, en la que Mercury, mientras sufría una enfermedad que amenazaba su vida (Sida), lidera a la banda en uno de los conciertos de los más grandes de la historia del rock. Refleja cómo se cimentó el legado de una banda que siempre se pareció más a una familia, y que continúa inspirando a amantes de la música. Es interesante ver el final apoteósico y emocionante teniendo como telón de fondo un sospechoso concierto beneficente para reunir recursos contra el hambre en Etiopía que crearon países europeos para atacar la utopía socialista y llevarla a un estatus sin más salida que doblegarse a intereses del gran capital. –El mismo esquema de golpe blanco que se lleva a cabo en países que tienen un tránsito hacia el socialismo–. Pues bien, lo que sí vemos en este filme es una exposición pormenorizada de un espíritu rebelde del cantautor Freddie Mercury nacido en la India neocolonial del entonces moribundo imperio británico, y que migró hacia Inglaterra donde se convirtió en uno de los más grandes músicos. Bohemian Rhapsody es su gran obra por los elementos expresivos y temáticos que consigue armonizar muy a pesar de ser cada uno tan disímil del otro. Y así mismo es el filme al lograr darnos un retrato fidedigno del proceso creativo de una obra de arte. El filme crece palmo a palmo en cada escena de aquella de la cultura del rock, de su ambiente ideológico, y de un inmigrante indio que llevó a sus fans a que lo veneraban como un tótems moderno. Quien reclame del guión y de su estrategia narrativa es porque no advierte que el filme tiene los mismos elementos estructurales de la canción que le da título. Más que un biopic, el interés es obvio por la figura reveladora de aquel inmigrante indio que nos desnudan como si de un “detrás de la cámara” de una película se tratara. Mercury es el Galileo que cita en esa canción, percibo. En Netflix.

HHHH Género: Drama histórco. Duración: 134 minutos.

Posted in Crítica Cine

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