El filme es un corte de los acontecimientos actuales y de los recuerdos de Jesse Pinkman, el personaje sobre el que gravitan los acontecimientos. Su norte ahora es, literal y geográficamente, empezar una nueva vida en Alaska. ¿Por qué Alaska? Fue territorio del imperio ruso hasta 1867 cuando USA lo compró por 7.200.000 dólares los 1.717 854 km 2, alrededor de 4.19 dólares el km 2. (más de 35 veces el territorio de RD). En diálogos recurrentes, se matiza la imagen de que Alaska es la “última frontera”, si un fugitivo de la justicia estadounidense quiere empezar de cero –antes era México, pero remachan que eso ya no es posible ni confiable– ¿De qué huye? ¿A qué le teme? Pues Pinkman es un exproductor y distribuidor del mundo del narcotráfico dominado por gringos y mexicanos. Es así como se le conoció en la serie Breaking Bad. Y el presente filme completa el arco narrativo de Pinkman. De manera que el filme, con un muy buen inicio da unas pitadas filosóficas sobre el destino del hombre sobre la tierra, para luego desmigajar en insolventes diatribas pseudoliberales a que nos tiene acostumbrado el irritable “cine de mercado” con sus anuencias de venganza y de justificación del “fin que justifica los medios”. La sociedad paladín del “libre albedrío” y del libre mercado, tira pus por donde quiera que se le toque. Escoger dónde comenzar una nueva vida, es parte de la creencia de que tenemos control absoluto de nuestras decisiones al elegir el modo en que queremos vivir nuestra vida. Pinkman huye de sus perseguidores, de la ley y de su pasado. Y su historial indica que se adaptó al bajo mundo, y compuso su cerebro a responder automáticamente a las leyes del bajo mundo. Es por eso que al inicio un personaje de la serie le responde cuando Jesse dice: “Arreglar las cosas”, y su colega delincuente comenta: “Lo siento, Jesse, eso es lo único que nunca podrás hacer”. Durante todo el filme Jesse es expuesto ante el mal y ante la piedad de sus amigos, pero siempre actúa como un individuo entrenado para responder a la maldad con mayor malicia –conducta que el filme justifica– dándole un final feliz. Pues bien, el tono oscuro del humor exhibido en la serie desaparece en este epílogo, pero sí nos muestra a un personaje más sazonado y que quedó pendiente en el final de la serie. En Netflix.

HHH Género: Thriller criminal. Duración: 122 minutos

Posted in Crítica Cine

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