Hoy que la creación espiritual parece integrarse al mercado de acuerdo con el anunciado interés oficial en “la correcta colocación del nombre República Dominicana en las mentes de los consumidores e inversionistas de todo el mundo”, además de procurar como Marca País “resaltar su potencial cultural, turístico y de inversión, contribuyendo así al crecimiento económico y a la competitividad”, cobra especial interés la incursión en la literatura de dominicanos como Emenegilda Encarnación Mora, especialista en desarrollo agrícola, quien con su poemario Secreta Apelación demuestra que no hay antagonismos entre su poética y la economía rural, tan exigente del pragmatismo cotidiano.

Con expresiones de grata sorpresa, el reconocido crítico Bruno Rosario Candelier, comenta que Encarnación “habiendo estudiado agricultura, optó por el cultivo de la poesía, contraste que armoniza con la bondad de su corazón, en su vida, su obra y su creación”. En un ensayo que sirve de apéndice al libro, el presidente de la Academia Dominicana de la Lengua sostiene que la autora, nacida en Barrancas de San Juan de la Maguana en 1966 y residente en Higüey, “tiene una honda espiritualidad que su lírica traduce en una devoción por el Padre de la Creación”, que además escribe “inspirada en el sentimiento de lo divino y vive la llama sagrada que alienta su poesía, su entusiasmo y su fe”.
Los poemas de Secreta Apelación están ilustrados por el pintor Cristóbal Rodríguez y pese a la impronta intimista, hay muestras que reflejan el paisaje criollo, promovido con sus luces y colores como atractivos en el extranjero. Es lo que vemos en Ave de Paso: “Cada vez que tu trinar a mis oídos alcanza/ Mi ser gravita alegre/ Sintiéndose poseído/ Vuelo al Norte, al Sur y al Este de tu bosque/ Nos vestimos de nubes y hacemos una fiesta/ Con árboles y flores/ Tocando cada limbo,/ Cantando las corolas/ Los estambres se besan/ Con aplausos de pétalos/ Celebrando el motivo”.

Secreta Apelación retorna la
poesía a la vida sencilla, alejada
de claustros, cenáculos y capillas excluyentes.

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