El fin de semana un grupo de intelectuales de Africa, EU e Hispanoamérica, reflexionó sobre ayer, hoy y mañana

Al tibio amparo de la lluvia poetas, novelistas, dramaturgos, ensayistas, politólogos y diplomáticos expusieron sus puntos de vista, la mayoría de las veces interesantes y por momentos brillantes, sobre el ayer y el hoy en proyección hacia el mañana. Mar de palabras fue (es) un evento cultural que comienza su andadura con vocación de permanecer y potencial para crecer sobre todo en el ámbito del turismo cultural.

Hay que destacar la capacidad organizativa de la Fundación René del Risco, y los apoyos logrados por Minerva del Risco, junto a su amiga Claudia Neira Bermúdez, quien parece haberla imbuido del deseo de hacer eventos como Mar de palabras. Centroamérica Cuenta fue el antecedente. Claudia, mano derecha de Sergio Ramírez para organizar aquel evento itinerante, ha estado muy presente en este, donde además de la inauguración a cargo de Minerva, se realizaron 16 conversatorios, en sesiones matutinas y vespertinas, sin contar talleres y presentaciones de libros y teatro.

El primer conversatorio “América Latina: entre la fragilidad democrática y las nuevas formas de autoritarismo”, con Alberto Barrera Tyszka, escritor venezolano (autor de dos libros sobre Chávez, cuatro telenovelas, un poemario y otros), como coordinador de ese primer conservatorio, que no diálogo, fue el que impuso el tono del evento. En él participaron la mexicana Denise Dresser, John Feeley (Estados Unidos) y el conocido abogado, y politólogo dominicano Flavio Espinal, quien manifestó la necesidad de “abordar los problemas políticos de la región con bastante humildad, o modestia, porque están sucediendo fenómenos que nos dejan asombrados, que es lo menos. Uno busca certeza conceptual, como de dónde uno se ancla para explicar las cosas”. Feeley advirtió que “Trump está siguiendo el patrón de un léxico básico”, como lo hicieran Fidel Castro al llamar “gusanos” a los exiliados y Chávez “escuálidos” a sus opositores.

El mexicano Juan Villoro, escritor y periodista cultural de múltiples premios, autor de 40 libros de novela, cuentos, teatro, ensayos y periodismo cultural, fue la estrella del evento. Citador citable, Villoro, brilló de oro.

El colombiano Gonzalo Mallarino trajo don del verbo y del verso. Suyas son ocho novelas, tres poemarios y dos antologías, entre otros libros. “Todas las novelas son históricas. Incluso las más intimas. Desconfío inmensamente de mí mismo, de ser hombre en este momento. Mis novelas están escritas en primera persona de mujer. Me puso a salvo de mí mismo”, expresó en el panel “Narrar la cicatriz: escritura, memoria y testimonio” donde participaron Villoro, la española Aroa Moreno Durán y la dominicana Carmen Imbert Brugal.

El norteamericano John Feeley, ex embajador en Panamá, fue diplomático también en República Dominicana y Colombia y habla tan bien el español que nunca parecería estadounidense, a no ser por el físico.

Claudia Neira estuvo el viernes junto a Junot Díaz y el colombiano Juan Gabriel Vásquez, en el panel de cierre de ese día, donde hablaron de “La literatura como brújula en tiempos inciertos”.

Antes, Soledad Álvarez, junto al colombiano Camilo Hoyos y al mexicano Juan Villoro (suplente emergente por las ausencias de Luis Rafael Sánchez y del cubano Carlos Manuel Álvarez) hablaron de “Cuando el Caribe no es una postal”. Soledad enfocó las realidades de Cuba y República Dominicana, y citó a Lezama y a Virgilio Piñera y “ la maldición del agua en todas partes”. Villoro aseguró que “la isla como concepto cultural, político, social ha sido definitiva para la literatura y la cultura en general”. Habló de las islas “como espacio para el intercambio, de carga y descarga, espacios donde se han comunicado distintas culturas y distintas lenguas”.

No todo fue brillo: el conversatorio Borrar, escribir y reescribir: entre la ficción y el relato real, en vez de mar se convirtió un mal de palabras, que obligó a más de uno a salir del excelente recinto del hotel Kimpton Las Mercedes, donde pernoctó José Martí dos días de 1892.

Intensos fueron 28 y 29 de junio del 2025. En El precio de vivir en las islas destacó el desenfado despampanante de Mayra Montero.

“Yo creo que el país necesitaba esta fiesta de la literatura y el pensamiento, que ha sido un encuentro muy rico entre diferentes culturas, pues han participado autores de unos diez países del Caribe y Latinoamérica, pero también representantes de España, Estados Unidos y Angola”, expresó. Minerva del Risco a manera de clausura.

Encuentro
“El país necesitaba esta fiesta de la literatura y el pensamiento… un encuentro muy rico entre diferentes culturas”

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