Nélida Piñón ha muerto. Aún se desconocen las causas de su fallecimiento, ocurrido en Portugal.

Era la escritora más renombrada de Brasil. Tenía 85 años de edad. había presidido la Academia Brasileña de la a Lengua.

No había sido la primera mujer en el mundo en presidir una academia de este tipo, como algunos han afirmado. Antes, mucho antes que ella, la cubana Dulce María Loynaz -que dicho sea de paso, el pasdo día 190 de diciembre se conmemoraron los 120 años de su natalicio- había encabezado la Academia Cubana de la Lengua.

Piñón ha legado una obra que ha sido traducida a unos 30 idiomas. Entre ellos sus libros Fundador, La república de los sueños, Voces del desierto, Aprendiz de Homero La épica del corazón.

Entre ellas quizás la más leída ha sido La república de los sueños.

Los premios de Nélida Piñón

Entre los premios literarios que obtuvo, el Juan Rulfo, en México, el Menéndez Pelayo, el Gabriela Mistral en Chile, el Jorge Isaacs en Colombia, el Rosalía de Castro en España y El Ojo Crítico Iberoamericano en 2014. En 2005 le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

En 2021 obtuvo la nacionalidad española, concedida por el gobierno de ese país por carta de naturalización, pues sus padres eran gallegos que emigraron a Brasil. Desde el pasado 20 de junio la Biblioteca del Instituto Cervantes en Río de Janeiro lleva su nombre.

Una visita memorable

Nélida Piñón visitó República Dominicana en 2009. La Feria Internacional del Libro de Santo Domingo se honró con su presencia y con su conferencia La pasión por la palabra, dictada en la Sala de la Cultura del Teatro Nacional Eduardo Brito, el día 8 de mayo del 2009.

En esa conferencia se refirió a sus sueños de pequeña y a sus anhelos de grande.

Siendo una pequeña quería ser nómada y nunca dormir dos veces bajo el mismo techo. «Confieso que es una locura», manifestó, desatando las risas de los que fueron a escucharle. 

En cambio ahora, de mayor, confesó haberse convertido en una defensora del hogar. Del cual al final de su vida volvió a salir en su instinto nómada de la infancia.

Confesó que en determinado momento de la vida quiso convertirse en uno de esos personajes de ensueño y fascinación de las novelas. Personajes de los descritos por Vargas Llosa o el Gabo, o Carlos Fuentes o Sergio Ramírez, sus compañeros de la Agencia Literaria de Carmen Barcells.

Amante de la paz y por lo tanto obrera del verbo, Nélida Piñón habló de los orígenes de la palabra, desde los sonidos guturales del ser humano primitivo, hasta florecer como invención humana, quizás suprema.

«La palabra ha ganado universalidad y una importancia extraordinaria y hasta un significado simbólico», manifestó.

Piñón fue asignando a a la unión de las letras un sentido poético. Dijo que a través de la lectura de textos -compuestos por palabras- se puede viajar hasta Homero y Heródoto.

Nélida Piñón afirmó que el mundo es el mismo, y que los griegos pensaron sobre todo de manera «que nos dejaron poco para pensar.  La palabra trae todo e impide el olvido».

Como seguramente impedirá olvidar su huella por esta vida, dejada en sus libros.

Se desconoce cuando serán las honras fúnebres, en Brasil.

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