La mamografía continúa siendo el método de imagen más utilizado en el estudio de patologías de las mamas

El cáncer de mama, cuya incidencia está aumentando, es una enfermedad devastadora que afecta principalmente a las mujeres. En el año 2020, en todo el mundo se diagnosticó a 2,3 millones de mujeres, y 685 000 fallecieron por esa enfermedad, de acuerdo a datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, en los últimos años las mejoras en el diagnóstico precoz y en los tratamientos han permitido que la supervivencia global aumente, explicó María Ysabel González Curi, directora de Imágenes de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT).

La radióloga detalló que el diagnóstico del cáncer de mama se establece luego de la “triple evaluación” que incluye examen físico, imágenes y biopsia.

Asimismo, agregó que existen muchas herramientas para la detección precoz de este cáncer, entre las que se encuentran la mamografía, tomosíntesis, sonografía, resonancia magnética, entre otras.

“La mamografía continúa siendo el método de imagen más utilizado en el estudio de patologías de las mamas y es el de elección para el “screening” (cribado) en pacientes mayores de 40 años que no presentan síntomas”, afirmó la radióloga al referirse al tema.

Añadió que ese es el único método que ha demostrado disminuir consistentemente la mortalidad relacionada al cáncer de mama, ya que puede detectarlo de uno a cuatro años antes de que este se manifieste clínicamente.

De igual manera, en la actualidad se cuenta con la resonancia magnética de mamas (IRM), que constituye una herramienta muy valiosa en el estudio de patologías mamarias. Tiene sus indicaciones muy específicas aunque esta no debe ser utilizada como reemplazo de la mamografía para el cribado o tamizaje en la población en general.

González Curi puntualizó que una IRM negativa no excluye la necesidad de biopsia de lesiones sospechosas en mamografía, sonografía o examen físico.

Otros métodos de detección

En este grupo se incluye la sonografía de mamas, su indicación principal es como complemento, luego de un hallazgo en mamografía. Se utiliza para distinguir entre lesiones quísticas y sólidas, así como determinar características de benignidad o malignidad, describió la doctora.

“Es una de las principales herramientas utilizadas como guía para el abordaje de biopsia de lesiones sospechosas. La sonografía de mamas es la primera línea en pacientes sintomáticas menores de 30-35 años y en embarazadas y lactantes, las cuales también pueden ser afectadas por esta enfermedad debido a que sus glándulas mamarias sufren importantes cambios en respuesta al estímulo hormonal”, sostuvo González Curi.

Además, señaló que es importante destacar que la sonomamografía es un complemento de la mamografía y nunca debe ser utilizada como un sustituto, a menos que las condiciones de la paciente así lo requieran.

También está la tomosíntesis, pues a partir del 2011, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó este método de cribado, también conocida como mamografía 3D.

“Es una innovadora tecnología, que sirve como fusión de la mamografía digital 2D con la tomografía, siendo su objetivo mejorar el nivel de detalle y mantener la sensibilidad de la mamografía para evaluar los resultados. Esto se traduce en una mayor sensibilidad diagnóstica, y si existe una sospecha de lesión se pueden identificar su forma, tamaño y ubicación”, explicó la especialista.

González Curi enfatizó que existen múltiples elementos a tomar en cuenta por las mujeres para un diagnóstico precoz, de los cuales mencionó: realizarse chequeos de rutina, llevar un estilo de vida saludable y no sustituir la mamografía con la sonografía.

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