Además de informarles lo que está pasando, se les debe crear una rutina para que se distraigan

La manera en la que transmitimos una información juega un papel estelar en cualesquiera sean las circunstancias. Debido a que el ser humano explica los hechos desde su propia cosmovisión o perspectiva, dependiendo de la fuente de donde se obtiene dicha información, esta suele estar en lo cierto o en caso contrario, salpicada o plagada de temores debido a “la sobreinformación” o desinformación, destaca la psicóloga y terapeuta familiar Denisse Reyes, con consulta en Ser para Actuar.

¿Cómo explicarles a los niños y demás miembros de la familia lo que está pasando?

Para Reyes, en muchas ocasiones las noticias por “redes” citan a menudo información de fuentes “anónimas” sin suministrar el punto de vista de un “experto” alternativo. La información suministrada por esas fuentes no suele estar respaldada o avalada por otra cosa que “rumores de algunos”. Generando altos niveles de ansiedad y por ende, alterando la realidad lo cual provoca obsesiones y perturbaciones no sólo emocionales, sino también orgánicas, lo que en psicología conocemos como psicosomatizaciones: alteración del patrón del sueño, dolores corporales, falta o aumento del apetito, entre otros. Ahora bien, ante esta pandemia: ¿qué hacer?

Lo primero sería buscar información científica respecto al tema, no sensacionalista ni alarmista, sino aquella avalada por expertos las cuales explican en qué consiste, cómo se propaga y cuáles medidas deben asumirse para evitar el contagio. Una vez se tenga la información confiable, procederemos a explicarles a modo de conversatorio permitiéndoles la oportunidad de cuestionamientos y a la vez que cada uno de los miembros de la familia despeje sus dudas al respecto.

Actividades para la casa

“Necesitamos diseñar una rutina con asignaciones cronometradas para llevarla a cabo mientras nuestros hijos están en casa. Con la finalidad de que ese tiempo de cuarentena sea lo más productivo posible para disminuir los altos niveles de hiperactividad que puedan presentarse, así como también, el uso excesivo de equipos electrónicos por el hecho de no saber o no tener qué hacer”, indica la especialista.

A continuación, Reyes destaca algunos aspectos que debe contener una rutina (cada familia puede hacer las adaptaciones propias a su realidad):

-Fijar una hora de levantarse similar al horario habitual escolar.

-Higienización y desayuno.

– Asignaciones escolares, por supuesto, alternado las actividades con algunas dinámicas de movimiento, a fin de que no les resulten agotadoras o aburridas.

– Almuerzo. Después de comer, las actividades sugeridas pueden ser: siesta o tiempo de descanso que no exceda una hora.

– En el caso de los padres que permiten el uso de dispositivos electrónicos, tomar en cuenta que no sea más de dos horas y media.

– Juegos armables o de mesa

– Rutina o actividad física: estiramientos, flexiones, saltar cuerdas, aeróbicos, entre otros.

-Lectura de un cuento para los más pequeños y comprensiva de un tema de actualidad para los que saben leer.

-Priorizar en la higienización y consumir todas las comidas del día.

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