“El afán del día no entra en conflicto con dedicar algunos minutos para mejor comprender dónde estamos y qué somos”.
Estamos tan acostumbrados a asociar el oxígeno a la respiración que de entrada es difícil concebir que también respiramos nitrógeno. Es esa alusión por igual un llamado de atención para conocer al nitrógeno en sus características principales.
La verdad es que el nitrógeno participa en la permanente respiración que realizamos, hasta durmiendo. Mas aun, es mayor la proporción de nitrógeno que respiramos que de oxígeno. El aire que respiramos contiene aproximadamente un 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno y pequeñas cantidades de otros gases; pero el nitrógeno es un gas inerte, lo que quiere decir que no reacciona con otros elementos bajo condiciones normales de temperatura y presión.
El nitrógeno a diferencia del oxígeno no es utilizado por las células para obtener energía. Actúa como diluyente del oxígeno lo que evita que los pulmones se sobrecarguen con oxigeno puro, lo cual sería tóxico. El nitrógeno facilita la difusión del oxígeno desde los pulmones a la sangre, y a partir de ahí a las células, y la del dióxido de carbono desde las células a la sangre y luego a los pulmones.
Si bien la expresión “respirando nitrógeno” podría de entrada llevarnos a descartarlo ante el imprescindible oxígeno, a partir de lo dicho es evidente el lugar especial que ya ocupa en nuestras vidas. Además, y en otra de sus manifestaciones, le corresponde un ciclo (ciclo del nitrógeno) mediante el cual se convierte en una forma altamente utilizable por las plantas, esencial en la cadena alimenticia.
El nitrógeno es parte integral de los seres vivos desde las bacterias hasta los humanos, siendo fundamental de las proteínas, de los ácidos nucleicos ADN y ARN, así como otras moléculas biológicas esenciales para el funcionamiento celular.
Ya a partir de lo dicho entendemos que mucho merece el nitrógeno que lo conozcamos también en su estructura y en especial en la configuración electrónica la que principalmente explica su gran versatilidad y utilidad.
En su núcleo atómico el nitrógeno dispone de 7 protones (cargas eléctricas positivas), 7 neutrones (sin cargas eléctricas) y “orbitando” en torno al núcleo, 7 electrones (cargas eléctricas negativas); y son precisamente los electrones que determinan sus principales características químicas, sobre todo los de los últimos niveles de energía de su configuración: dos electrones en su primer nivel de energía (1s) y otros cinco electrones en su segundo nivel de energía distribuidos en los correspondientes subniveles (2s, 2p) dos y tres.
El tan valioso nitrógeno en la respiración… y mas allá.