En la actualidad existe un gran interés en estar bien. Son muchas las personas que están en la búsqueda de un bienestar físico, mental, emocional y espiritual. Sin embargo, crear bienestar en nuestra vida es posible si tomamos la decisión y asumimos el compromiso de emprender un viaje de desarrollo y evolución personal.

Mientras eso sucede en el aspecto personal, surge nuevamente la necesidad de crear un concepto sobre bienestar, que refleje la esencia del hecho más allá de las formas que adopta y la cuantificación de sus alcances.

Me refiero al Bienestar Social, el cual es aquel que se dirige a un sujeto concreto y a su desarrollo como tal, y está ligado a los procesos históricos particulares de cada pueblo.

El bienestar social es la satisfacción conjunta de una serie de necesidades, que responden a la calidad de vida del ser humano en sociedad. Se expresa a través de los siguientes niveles: salud, educación, vivienda, bienes de consumo, desarrollo urbano, seguridad y en todos los aspectos relacionados con el medio ambiente.

El bienestar social es el proceso de construcción de mejores condiciones de vida, tanto en lo material como en lo espiritual, impulsado por personas o colectivos que operan como sujetos de su propio bienestar. Se puede medir en función de una serie de elementos, los cuales tienen que ver con factores de naturaleza económica, social y hasta llegan a incluir aspectos ecológicos.

El concepto requerido de bienestar social debe ser capaz de proporcionar la posibilidad de pensar la búsqueda del bienestar como una unidad contradictoria entre lo mediato y lo inmediato, lo particular y lo general. Ello resulta posible solo si tal unidad se percibe en la continuidad del cambio que renueva, en fases sucesivas, la identidad histórica del propio sujeto popular.
(Universidad de los Andes, Colombia, 2020).

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