Hasta los presidentes aprenden de “los golpes de la vida” y ha sido el turno de Luis Abinader para apreciar, a pocos meses en el poder, el peligro de “escupir para arriba”, según el viejo refrán. Puedes terminar retractándote, o necesitando a quien alguna vez despreciaste o maltrataste. Abinader definió, imprudentemente, política exterior exageradamente pronorteamericana y excluyente de China. Como parte de eso, privilegió la estadounidense Pfizer en compra de vacunas contra covid-19. Esta empresa plantó a nuestro país y resulta que si ahora tenemos vacunas para cubrir los tres primeros objetivos de la fase 1 de la vacunación, es mayormente gracias al paquete de China (768 mil dosis vacuna Sinovac). Ahora otro gallo canta. El desconsiderado nos salvó la campana.