Mi madre enviudó cuando el mayor de mis hermanos tenía 6 años; yo, la menor de sus hijos, por nacer. Una mujer bonita y educada, no volvió a casarse y al conversar alguna vez sobre las razones, contó que la influenció mucho algo que mi papá, enfermo, le dijo: “Cuidado con el padrastro que les pongas a los muchachos”. Padre amoroso y comprometido, sostuvo la preocupación sobre cómo sería con sus niños un eventual nuevo consorte de mami. Aprensión muy pertinente en todo tiempo parece ser. Según informó la psicóloga Vanessa Espaillat, las familias reconstruidas por personas que vienen de otros matrimonios son las que tienen las estadísticas más altas de incesto. Ojos bien abiertos en estos casos; amor no quite discernimiento.

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