Se sometió el proyecto de ley de residuos sólidos y, como ha ocurrido con otras legislaciones urgentemente necesitadas por el país, quedó estancada en el Congreso. Diez años después sale finalmente, pero solo para decepcionar a los ambientalistas, hasta el punto de calificarla de fiasco. Los legisladores suprimieron los párrafos que prohibían bolsas plásticas y envases de foam, como es la tendencia mundial, indicativo de que los intereses detrás de esos materiales se impusieron para que no fueran proscritos. Se entendía que el presidente Danilo Medina debía observar la ley y devolverla y eso hizo, pero no específicamente por supresión de esos pasajes particulares, sino por otras objeciones. El caso es que el proyecto está de vuelta en el Congreso. l

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