La filosofía con la que Julio Gómez ha aquilatado su traumática experiencia de encarcelamiento, transmitida a través de sus expresiones al salir de la cárcel de Monte Plata, lo confirman como una persona de bien. Que su tiempo preso fue para que predicara la palabra de Dios en esa prisión, dijo, y que continuará dicha misión evangelista. Algo muy elogiable y coherente con valores cristianos como la fe a toda prueba en Dios, templanza, esperanza, caridad, humildad. Gómez era abordado por periodistas sobre su sentir en el esperado momento de su vuelta a la libertad –condicional- y no enfatizó en queja, sino que se manifestó con una actitud espiritual y humanamente elevada. Positivo ejemplo de cómo afrontar situaciones negativas.
Hombre bueno
La filosofía con la que Julio Gómez ha aquilatado su traumática experiencia de encarcelamiento, transmitida a través de sus expresiones al salir de la cárcel de Monte Plata