Salvo cantos infantiles de mi mamá arrullándome en la mecedora y los gritos de cuando los niños jugábamos en la calle, los sonidos inolvidables de mi niñez fueron mayormente sonidos del mundo de los adultos. Programas radiales favoritos de mi abuela (evangélicos, informativos, radionovelas); pregoneros callejeros; los discos de mami reproducidos en el tocadiscos; la música de mis hermanos. La salsa era uno de los géneros favoritos del mayor y así, aunque debí crecer para entender la denominación “salsa” y qué era “Fania”, desde mi temprana infancia memoricé y entoné el icónico estribillo “Estrellas de Fania llegaron pa’ gozá, las estrellas de Fania…” Recordación en homenaje a nuestro Johnny Pacheco y su extraordinaria memoria. Descanse en paz.

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