Se temía que la inflación iba a ser parte de la crisis generada por pandemia de covid-19 y, efectivamente así ha sido. Un mal que no nos había afectado en mucho tiempo, tema del cual hacía mucho tiempo no se hablaba, nos ha sobrevenido ahora como daño colateral de la crisis sanitaria, para otra situación de agobio nacional. Después que últimamente la carestía específica del pollo agudizó las preocupaciones relativas al aumento de precios de alimentos básicos, el mes de febrero se estrenó con más carestía, aumentó la carne de cerdo. El encarecimiento es un hecho que tenemos que enfrentar ahora. Por fortuna parece que, en medio de todo, no está en peligro nuestra autosuficiencia alimentaria

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