En nuestro país una persona directamente afectada por la política china de cero covid puede ser un propietario de vehículo que, tras un choque, ve retrasada su reparación.

La medida impide plena normalización de la producción mundial de bienes y de las cadenas internacionales de suministros y así, proveedores locales de piezas y repuestos vehiculares siguen problematizados.

Pero China tiene estado de penuria, con la carga económica y para la vida cotidiana de los interminables confinamientos.

Es algo desquiciado; los países optan por convivir con el covid; tenemos vacunas y conocimiento del virus que ahora significan menor letalidad. Al líder chino Xi Jinping eso no le basta.

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